SAN LUIS - Sabado 18 de Mayo de 2024

SAN LUIS - Sabado 18 de Mayo de 2024

EN VIVO

Juicio por abuso en Villa Mercedes: dijo que mintió al asegurar que su padre la había violado

Por redacción
| 10 de marzo de 2016
Cámara Penal Nº 1. El debate oral será reanudado el lunes. Al día siguiente, declarará el acusado. Foto: Héctor Portela.

Lo dijo como si nada. Como si pensara que, de un segundo a otro, podría deshacer todos los motores policiales y judiciales que había activado tras la denuncia. M. se sentó frente a la Cámara Penal Nº 1, de Villa Mercedes, y empezó a decirles a los jueces que eso que había manifestado hace más de dos años y medio, sobre que su papá la manoseó y la violó cuando era adolescente, en realidad, era mentira. Lo inventó, según ella, por capricho. Aseguró que estaba enojada con el hombre porque no la dejaba salir y, en ese momento, no halló otra manera, otra alternativa, para que él la dejara salir a bailar y tener novio que no fuera acusándolo de abuso sexual.

 


Lo declaró anteayer, en el segundo día del juicio que afronta M. Q. por “abuso sexual simple” y “abuso sexual con acceso carnal”, ambos agravados por el vínculo.

 


Ante la mirada incrédula del fiscal de Cámara Néstor Lucero, la joven de 19 años aseveró que, hace más de un año, cuando se arrepintió de lo que había hecho, intentó remediar el gran aprieto judicial en el que había hundido a su propio padre. “Yo fui un montón de veces a hablar con el doctor Leandro Estrada. Pero nunca me abrió las puertas…”, comentó.

 


Dijo que se allegó a la Defensoría de Menores Nº 1 y que allí le contó a su encargada, María Victoria Cortázar, que “todo era mentira y por qué lo había hecho”. “Me   tomaron a la declaración, pero no sé si la habrán puesto en el papel… porque, según el doctor Estrada, él ya había cerrado el expediente”.

 


Después contó que habló con un abogado, de quien no recordaba el nombre. Pero el letrado tampoco pudo darle una solución a lo que buscaba: deshacer la acusación que había levantado contra su padre. No había manera, el hombre ya había sido procesado y enviado a la penitenciaría de San Luis. No quedaba otra que esperar hasta el día del debate oral para desmentir los abusos. 

 


M. narró que fraguó esa mentira contra el imputado con una amiga de la escuela y la madre de ella. “Yo quería salir, y que ellas me ayudaran en eso. Entonces me dijeron que dijera que mi papá me manoseaba, que había abusado de mí”, señaló.

 


—“¿No había otro mecanismo para salir que no fuera ése?”, le preguntó el fiscal.

 


—“Ellas me dijeron que hiciera eso… Hablé con G. (una de las amigas) y después con su mamá. La madre me llevó hasta la comisaría y ahí hicimos la denuncia”, respondió la chica.

 


—"¿Entonces, esta amiga, G., y su madre, sabían que todo era mentira?”, le cuestionó el letrado, sin poder creerlo.

 


—“Sí. Lo hablamos todo ahí, en la casa de ellas a esto”, aseguró.

 



Lucero le preguntó a la joven de qué vive. Le contestó que reside con su mamá y sus siete hermanos, que tiene un nene de dos años y está embarazada de otro. “Mi mamá cobra la pensión por tener siete hijos y yo estoy cobrando la asignación universal por mi hijo. Con eso vivimos”, reconoció.

 


—“¿Quién es el sostén de su casa?”, le preguntó.

 


—“Y… era mi papá”, le dijo M.

 


—“¿Cambió la situación desde que no está su papá?”, le consultó el fiscal.

 


—“Y sí... Imagínese, somos siete y somos todos grandes. A mi mamá no le alcanza. Lamentablemente, no nos alcanza…”, admitió ella.

 



Luego la chica comenzó con Lucero una discusión de casi diez minutos, por la fecha en que había hecho la denuncia. Los abusos fueron asentados en la Policía y la Justicia a fines de 2013. Al menos eso consta en el expediente. Pero la muchacha le porfiaba al representante del Ministerio Fiscal que no, que las había asentado en octubre de 2011. También dijo que desde hace un año su padre está en la cárcel pero después, sin reconocer que había dicho otra cosa, sostuvo que desde hace dos años está preso.

 


“Después de denunciarlo, me fui a vivir a la casa de una amiga. La madre de esa chica es la que me acompañó a la comisaría. Estuve ahí un tiempo. Más tarde, con el tema de la asistente social, me mandaron a una familia solidaria. Viví en La Ribera. Por pedido del juez, que decía que tenía que estar con una familia cercana a la de mi mamá, me fui a lo de mi tía”, repasó.

 


A los pocos meses, esa tía llamó a su madre y le comentó que ya no podía tener a su hija porque estaba embarazada. “Mi mamá me fue a buscar y ahora estoy con ella”, agregó.

 


Lucero le preguntó con quiénes más habló sobre el tema, tras la denuncia, aparte de sus amigas. Dijo que habló con una asistente social, con una psiquiatra y con una psicóloga. “Les dije que sí, que yo fui abusada. Yo, en ese momento, seguía sosteniendo eso”, comentó.

 


— “¿Y usted sabe si le creyeron?, le preguntó el abogado.

 


—“Y, no sé...", manifestó.

 


—¿Tiene facilidad para mentir?", insistió.

 


—Era adolescente… Todos mentimos ¿o no?”, intentó explicarse.        

 


—“¿A quién más le miente usted?, le replicó él.

 


—“Y… a nadie. ¿A quién más quiere que le mienta?”, dijo.

 


LA MEJOR OPCIÓN PARA VER NUESTROS CONTENIDOS
Suscribite a El Diario de la República y tendrás acceso primero y mejor para leer online el PDF de cada edición papel del diario, a nuestros suplementos y a los clasificados web sin moverte de tu casa

Suscribite a El Diario y tendrás acceso a la versión digital de todos nuestros productos y contenido exclusivo