Festival Nacional del Caldén: miles de personas le alteraron el ritmo de vida al sur puntano

En la décima edición del “Festival del Caldén, doma y folclore” quien no vestía bombacha de gaucho, tenía boina, y el que no, al menos un sombrero para cubrirse del sol. Cualquier elemento sirvió para formar parte de la fiesta que volvió a unir a todo el pueblo de Nueva Galia. Había tortas fritas, mate y reposeras. Con las gradas repletas y miles de ojos se posaron en el campo de doma, los mismos que apreciaron los espectáculos artísticos. Alrededor de 25 mil corazones palpitaron al compás de los bruscos movimientos que realizaron los caballos. 

Entre los que corren para no fallar en nada están el intendente Sergio Moreira y Juan Carlos Baglietto, quien tiene a cargo el show central. “Para esta noche (por el domingo) esperamos el doble de gente. Este festival se hizo enorme gracias a la gente, queremos que el país conozca el sur puntano. Acá hay un nuevo motivo de encuentro y los invitamos a que vengan”, dijo el jefe comunal. 

Durante la siesta y gran parte de la tarde, el ingreso del pueblo estaba lleno de carpas, y casillas con gente que esperaba ansiosa la voz del locutor, que saludó a todos, minutos antes de las 19. Mientras, comenzaban a sonar los primeros acordes de guitarra.

Al cierre de esta edición la grilla combinaba a “Jhoina” Luna, Los Trovadores Mercedinos y Brandon Torres. Seguían los jinetes petisos y más tarde Los Huarpes, que daban paso a las jineteadas. Después estaba previsto Walter Sapino y no quedó afuera el homenaje “Memoria de El caldén”. En la programación también estaba incluido El Trébol Mercedino, y luego hubo más jineteadas; volvió la música a escena con Alma de Guitarra; y para el final quedó el encierre de tropillas. El Chaqueño Palavecino llegaba bien entrada la noche al país, a través de la pantalla de la TV Pública, luego Nacho Prado y Daniel Campos, también Trulalá y los Cumbiancheros. Para el final, el cierre era de Playmóbil.

“Antes de que esta fiesta dejara de hacerse, yo venía, tal es así que traía a mi tropilla ‘El Relincho’. Las ediciones han sido buenas, pero ésta superó a todas, está muy bien organizada y me gusta todo. La doma y los cantores, todo. Vine en una casilla con mi señora, mi hija y mis dos nietitos”, contó Héctor Flores, un vecino de Buena Esperanza.

Entre el público estaba Lidia Santillán, feliz de formar parte de las gradas. “Viví once años en el pueblo y la disfruté siempre, estoy ahora en Ingeniero Luiggi, La Pampa. Me gusta todo, el viernes a la noche estuvo genial con Los Manseros, estamos ansiosos por ver la final de mañana (por hoy)”, expresó la mujer, que eligió la segunda noche para disfrutar el show de “El Chaqueño”.

La juventud aprecia las reuniones en las que abundan los choripanes y las ofertas que hay fuera del predio. “Somos nueve músicos de Alvear y llegamos el viernes temprano. No vamos a presentarnos, vinimos a compartir estas tres noches. Dormimos poco, tomamos y comemos. Nos llaman la atención las jineteadas y de los artistas de la grilla elegimos Trulalá”, dijo Nahuel Lucero.

Hubo chicos de bombacha que aprovechaban los momentos libres para jugar al vóley o al fútbol, dos propuestas de la Secretaría de Deportes. Imperdibles los mates de Sandra y las tortas fritas de otra Sandra, dos mujeres del pueblo que miraban tranquilamente el movimiento de tanta gente.