Lorenzetti y la declaración que incluyó a Kunkel y los sabuesos estafadores

Salvo cuando le dijo a un medio nacional “la mataron por mi culpa”, nunca el intendente de La Calera, Diego Lorenzetti, dejó traslucir en sus palabras que él tuviera alguna responsabilidad por el asesinato de su esposa, Romina Aguilar. Claro que su expresión no aludía a que, como sostiene la tesis de la Justicia, él haya encargado el crimen a dos sicarios a los que les habría pagado cien mil pesos. Quería hacer evidente que, en todo caso, como supuestamente al asesinato lo habían pergeñado sus adversarios políticos, la víctima era él.

En las sucesivas entrevistas que dio a la prensa y en la declaración indagatoria que dio el miércoles pasado ante la jueza Virginia Palacios, más que hablar de su mujer asesinada se dedicó a hacer referencias para mostrarse como un hombre y funcionario extremadamente solidario con la familia de Romina y con los habitantes de La Calera y aún del Departamento Belgrano.

Ninguna mención a la verdadera víctima. Ella ya no existe.

Lorenzetti nunca abandonó el plan de presentarse como un inocente. Sostiene que buscó un equipo de investigadores privados de Buenos Aires para que averiguaran, en paralelo a la labor de la Policía de San Luis, quién había mandado a matar a su mujer.  “Esa es una prueba de que él no tuvo nada que ver, no se va a mandar a investigar a sí mismo”, razonó uno de sus dos abogados, Rodolfo Mercau.

Según declaró el funcionario comunal ante la jueza, el supuesto equipo investigador que contrató estaría vinculado con el diputado nacional por el Frente para la Victoria Carlos Kunkel. Aunque no dio detalles de cuál es la relación del legislador con esos sabuesos. En la tesitura de víctima, Lorenzetti afirmó en su indagatoria, que esos detectives privados lo estafaron, porque le sacaron mucho dinero, pero no investigaron nada.