Sorpresa en la madrugada: a once años de la caída del Puente Blanco

Hace once años la ciudad de San Luis se despertó sobresaltada por una noticia inesperada: el Puente Blanco se había derrumbado. Aquel día, el parte policial confirmó que el impacto se produjo a las 2:39 de la madrugada cuando el camión Ford Randon modelo TGR (patente BDP 146) conducido por Jorge Atilio Lombardo, que transportaba una motoniveladora y una retroexcavadora, intentó atravesarlo y se quedó atascado en la mitad del puente. La estructura no resistió el golpe ni el peso del vehículo tipo remolque y cedió. Sus tirantes se abarrotaron, la base de losa y acero se quebró, la estructura se partió en dos y quedó tendido sobre las  vías del ferrocarril. El conductor resultó ileso.

Según la crónica que publicó El Diario de la República al otro día del hecho, “cientos de puntanos que crecieron y jugaron en la zona, pasaron a verlo para darle el último adiós. Sus rostros lo decían todo. La imagen se asemejaba a la de cualquier sepelio. Muchos hablaban de negligencia del conductor porque no podía circular con semejante vehículo y cargamento dentro del ejido municipal. Nadie encontraba consuelo porque sabían que, con la caída del puente, parte de su historia se había ido”.

Años después Alberto Carranza, gerente de la empresa Premoldeados San Luis, recordó que ese 23 de marzo de 2005 se produjo un hecho desgraciado que los tuvo como protagonistas involuntarios. “Ocurrió que un camión de nuestra empresa que venía cargado con maquinaria que superaba la altura del Puente Blanco tuvo un accidente al ingresar y la estructura se derrumbó. El hecho fue muy comentado en toda la provincia, incluso en muchas radios de todo el país lo difundieron. Pero particularmente las de San Luis hacían hincapié de manera maliciosa en que el hecho había sido intencional”, comentó.

El ingeniero también señaló que la empresa “lo vivió con mucha angustia porque no sólo debimos salir a aclarar que no fue a propósito, sino que explicamos que fue por una mala decisión del chofer, que en vez de llevar esas máquinas a la fábrica, se fue a su casa a descansar”. Insistió en que “en esa época daba la casualidad de que nosotros construíamos puentes de hormigón, por eso una de las habladurías y mitos que generaron algunos comunicadores era que como Premoldeados hacía obras para el Gobierno, Alberto Rodríguez Saá nos había pedido que destruyéramos el Puente Blanco para hacer uno nuevo. Eso fue una locura, tanto que nosotros mismos después lo reconstruimos haciéndole la trocha más ancha, le quitamos la parte superior y la utilizamos para reforzar los laterales,  porque los vehículos fueron superando esa altura y porque además, como era angosto, ya no estaba permitido para uso vial”.

Carranza ratificó que “la única verdad es el accidente que sucedió, y que nada tuvo que ver el gobernador Rodríguez Saá con ese episodio. Además, tuvimos que afrontar las demandas judiciales de las empresas Telefónica, Edesal y Ecogas porque sus cañerías cruzaban por el puente y también las reconstruimos”.  

La empresa Premoldeados San Luis tiene 16 años en el mercado local y nació, según contó Carranza, “luego de la catástrofe económica y social que vivió el país entre 2000 y 2001. Empezamos como productores de materiales para la construcción que se hacían con materia prima local: áridos, arena y cemento”.

El famoso puente fue inaugurado el 5 de octubre de 1940 en conmemoración del Día del Camino y se hizo de una manera especial, ya que una comitiva presidida por el gobernador Toribio Mendoza, su gabinete y funcionarios de Vialidad Nacional y Provincial, salieron en caravana a recorrer las obras que se inauguraban ese día, entre ellas el “puente metálico sobre las vías del Ferrocarril Pacífico”, como se lo denominó en aquella época.