Juveín Quiroga, ex preso político: "En el encierro aprendí que las convicciones te hacen ser libre"

El reloj señalaba las dos y media de la madrugada. El calendario, 24 de marzo de 1976. Hacía poco tiempo desde que Juveín Quiroga había llegado a su domicilio, cuando miembros de la Quinta Brigada Área irrumpieron con golpes y patadas en su puerta. Entraron, lo esposaron y le informaron que a partir de ese momento, estaba detenido por disposición del Poder Ejecutivo Nacional porque las fuerzas militares habían tomado el poder del país.
A la nefasta frase popular que argumenta "algo habrán hecho", se le podría responder que en aquel entonces, Juveín hacía lo mismo que realiza hasta el día de hoy: militaba por sus ideales políticos. Con apenas 24 años, el hombre nacido en San José del Morro y que ha ocupado distintos cargos públicos en la ciudad, era concejal de Villa Mercedes. "En el '69, yo había estado en el Cordobazo. En 1972 vine a Villa Mercedes y fundamos la Juventud Peronista y, un año después, por ese espacio me eligieron para ocupar un lugar en el Concejo", repasó.
"El día antes del golpe, el 23 a la noche, nos habíamos quedado hasta tarde en el barrio Las Mirandas, con Julio Eduardo Roselló, un compañero que también fue preso político y falleció en el exilio. En el club de fomento habíamos estado conversando con los vecinos para ver si podíamos llevarles el agua potable. Ésa ha sido siempre nuestra lucha, pensar y trabajar por el bien de la gente", recordó.
Una vez apresado, fue llevado por los soldados, junto con otros veinte detenidos, a un terreno baldío frente al Policlínico Regional. Allí, los sometieron a interrogatorios y los encerraron durante dos días en la Base Áerea. Luego, fueron trasladados a la Penitenciaría de San Luis. Quiroga permaneció varios meses en la cárcel provincial hasta que el 5 de diciembre fue llevado a la Unidad Nª 9 de La Plata, dónde le negaron la libertad durante tres largos años y dónde padeció el terror de la dictadura en su propio cuerpo. 
"Para ellos, pensar, trabajar con el pueblo y exigir derechos era de subversivo o guerrillero. Lo que no querían es que el pueblo se organizara y pensara. Me habían inventado como cuatro causas, pero quedé absuelto de todas", declaró.
A fines de 1979, Juveín fue liberado pero en los años que siguieron hasta el retorno de la democracia, siguió padeciendo la opresión. "Lo más doloroso para mí y para mi familia, era que no conseguía trabajo en ningún lado porque estaba en las listas negras. Tenía que sobrevivir haciendo changas por ahí", contó.
A pesar de los momentos oscuros, supo ver en la política, la luz para dar las batallas que aún restan. Cada nuevo aniversario de la instauración del golpe, vuelve a insistir en la búsqueda de los rastros de los desaparecidos, a repudiar el olvido y a enaltecer el recuerdo de los que no están. "Hay que ser muy firmes en las ideas, porque la construcción colectiva se hace en el respeto de esos principios. En el encierro aprendí, que las convicciones son las que te hacen ser verdaderamente libre", sentenció.