El personal de la subcomisaría de Beazley nunca había hecho un secuestro tan cuantioso ni tan pesado, “al menos en su historia reciente” aclaró el jefe de la dependencia. El miércoles les tocó identificar, arriar y transportar 56 vacas adultas robadas en febrero a un vecino del paraje Cazador. Lo secuestrado no fue la totalidad del botín, porque su dueño estima que le robaron cerca de 100 animales, por un valor cercano al millón y medio de pesos. Los investigadores continúan con las averiguaciones y no descartan que pueda haber detenciones en los próximos días.
Mario Surballe vive en Buenos Aires, pero pasa gran parte de sus días en su campo “San Vicente”, a 67 kilómetros de la capital puntana. Allí cría vacas razas Pampa Colorada, Pampa Negra y Angus, coloradas y negras.
El estanciero realiza muchas de las tareas del campo junto a sus peones, incluida la vacunación de su ganado. Pero a fines de febrero, cuando reunió a todos sus animales para inyectarlos, se llevó una desagradable sorpresa: faltaba un centenar de ellos.
En su primera declaración Surballe denunció el faltante de 215 vacas, pero luego halló algunas que estaban perdidas en el predio y el nuevo conteo arrojó que le habían robado cerca de 100.
La denuncia fue realizada el 21 de febrero, pero la Policía de Beazley no pudo precisar cuándo fueron robadas, aunque sospecha que no fue de una sola vez. “Creemos que fue un robo hormiga, pero bien organizado, porque se necesitó gente para arriar las vacas y al menos un camión para llevárselas”, opinó el jefe de la Subcomisaría 3ª, oficial principal Diego López.
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