Carlos Cobas en "Los libros de Charlie": sobre el nido del cuco

La segunda actividad del palacio cultural “Los libros de Charlie” fue la charla de Carlos Cobas, un psicólogo muy influenciado por Sigmund Freud y Jaques Lacan que recorrió el pensamiento de los dos reconocidos psicoanalistas y dejó algunas sentencias firmes sobre temas afines como la mente, la psicosis, la Psicología y otros a los que roza en diversos niveles como las adicciones, la salud pública y el gobierno de Mauricio Macri.

Ameno, divertido, preocupado por ser entendido, Cobas se presentó ante el auditorio el miércoles a la tarde con un impecable traje negro. Más dos horas después, tras intercambiar ideas con algunos de los cursantes, dio por terminada su exposición sorprendido por la atención que le brindaron y por la rapidez con la que pasó el tiempo. “Qué tarde se hizo”, se puso en complicidad, nuevamente, con sus escuchas.

El psicólogo indicó que la charla era un homenaje a Carlos Juan Rodríguez Saá, uno de sus pacientes, y destacó la tarea que Tona Salino hace para preservar su memoria. A la vez, reconoció el buen nivel de la cátedra de Psicología que se dicta en la UNSL, elogió las políticas en materia de salud mental que estableció la provincia y dijo que en Buenos Aires esas decisiones de vanguardia se desconocen.

Cobas se refirió a la determinación de cerrar los institutos de menores en la provincia –que se describen en detalle en “Todos los niños todos”, el libro de Tona Salino, Mirta Mobellán y Vilma Margall- y a la práctica de externación de pacientes del Hospital Psiquiátrico, muchos de cuyos trabajadores participaron de la charla.

“En Buenos Aires hay hospitales como el Borda que son verdaderos asilos, una mezcla de pobreza y locura”, sostuvo el disertante, quien trabaja en los consultorios externos del gigante neuropsiquiátrico y se mostró muy crítico con las políticas estatales al respecto.

En su exposición, el profesional recordó los inicios de la escuela lacaniana en el país y dijo que en ese punto, la tarea de Oscar Masotta y el Instituto Di Tella tuvieron una decisiva función en la extensión de las ideas del psiquiatra francés. “Los vínculos culturales de Argentina con Francia son evidentes”, sostuvo.

A la vez, el visitante agregó que fueron los psicoanalistas argentinos –exiliados por las dictaduras nacionales- los que diseminaron el pensamiento de Lacan por el mundo.

“No sé lo que es la normalidad”, dijo en un pasaje de su charla Cobas, quien evitó en todo momento hacer valoraciones morales sobre las conductas humanas. A lo que sí se animó con la certeza de quien sabe de lo que habla, fue a cuantificar la cantidad de argentinos que se prestan a ser psicoanalizados. “Este es el país en el que la gente más se analiza, incluso lo hace la gente muy humilde, que va al consultorio caminando,  y no a buscar soluciones para sus problemas económicos, sino a los problemas de su cabeza”.

Sobre su actividad en sí, el disertante dijo que el analista no tiene obligación de atender a cualquiera. “Yo, a un torturador, no puedo analizarlo. Me sentiría violentado con las cosas que me cuente”, sentenció antes de preguntarse cuáles son las perversiones actuales, a las que consideró muy diferentes a las de la antigüedad.

Uno de los temas más polémicos de la tarde fue el de las adicciones. Al hablar de drogas, Cobas lo relacionó con la actualidad y la tragedia de Costa Salguero y provocó un extenso debate que incluyó la legalización, sus costos políticos, el narcotráfico, las villas miserias y la corrupción.

Otra vez despojado de prejuicios, el psicólogo recordó que Freud encontró en la cocaína la solución a los grandes problemas de la humanidad.

Cuando dirigió la charla hacia la política, el autor se mostró más bien escéptico sobre las promesas de Mauricio Macri, sobre todo las que apuntan a parar la venta de drogas. “El optimismo del presidente se parece a un budismo berreta”, disparó. Y dijo que lo que se puede cumplir es el pronunciamiento de “pobreza 0”. “Si siguen estas medidas económicas, no va a quedar ningún pobre en el país”.