No son buenos los tiempos para los comerciantes puntanos, que no pueden escapar de la crisis que invade a la economía nacional. Un sondeo realizado por El Diario de la República determinó que las ventas en los locales de la capital provincial cayeron en promedio 30 por ciento. El presidente de la Cámara de Comercio de San Luis, Vito Carmosino, señaló que los rubros que más sufren la contracción son el de indumentaria y calzado, mientras que el sector gastronómico es el que lleva mejor la caída. Aseguró que se trata de una etapa de “transición“ que hay que sobrellevar por unos meses más, hasta que afloje la inflación y eso le dé un respiro al cansado bolsillo de los consumidores.
“Venimos haciendo la ‘planchita’ desde marzo. Y parece que va a seguir así por lo menos unos meses más, hasta que la economía familiar se estabilice. Yo creo que vamos a tener una mejoría a partir de octubre”, expresó Carmosino.
El representante del sector señaló que el aumento constante de los combustibles incrementa el transporte de la mercadería. Afirmó que otro factor que encarece los productos y desalienta las ventas son la suba de los servicios, como luz, gas, telefonía e impuestos.
“El comerciante sólo traslada un porcentaje de esos aumentos a los productos y al resto, lo absorbe .Pero el problema pasa por el hecho de que la gente cada vez tiene menos plata en el bolsillo, y cambió la forma de comprar. Ahora elige gastar sólo en lo que es de primera necesidad”, aseguró.
Al rubro de la ropa y el calzado les toca el peor panorama. En las principales casas de deporte aseguraron que la última venta fuerte fue en marzo, para la vuelta al colegio. De ahí en más, la comercialización descendió en algunos casos hasta un 40 por ciento.
“La compra ahora es mucho más medida. Sólo entra la gente que necesita un producto específico. Antes, por ejemplo, entraban a mirar, y si algo les gustaba, se lo llevaban por más que no estaba en sus planes”, señaló Ariel Ochoa, encargado de Rossetti Deportes.
A pesar de que el mercado está deprimido, los precios aumentan permanentemente. Ochoa indicó que en los últimos tres meses un par de zapatillas Nike pasó de los 1400 pesos a los 2300, y dijo que esta escalada es lo que empuja a que se conviertan en artículos que quedan fuera del alcance económico de las familias.
En Bottinelli indicaron que las ventas bajaron entre un 20 y un 30%. Para estimular la comercialización, ofrecen descuentos por pago contado y algunos días con descuentos en cuotas. “Venimos frenados desde el año pasado. Hace unos ocho meses que las ventas decaen”, afirmó Matías Pérez.
La gastronomía también sufre la disminución del consumo. En los negocios de la peatonal ya no es tan difícil encontrar un lugar para desayunar, almorzar o merendar. Algunos comercios convidan productos u ofrecen menús especiales con descuentos para atraer y conservar la clientela.
“Con el café, la medialuna va de regalo”, expresó Lorena Santamaría, dueña de Franccesca. Dijo que la clientela a pesar de la inflación, no quiere abandonar el hábito de disfrutar de un pocillo de la casa. “Igual se nota la baja, sobre todo en los almuerzos, muchos piden comidas para compartir como lomo o pizza”, comentó.
Santamaría también señaló que trata de mantener el ánimo entre sus empleados para que no decaigan. Y elaboran promociones que anuncian con cartelería en la vía pública.
“Tratamos de que la gente tenga una opción económica para comer. También estamos pensando en renovar los uniformes para que no afloje la buena vibra y podamos mantenernos con el ánimo bien arriba. Estamos pasando por un momento de transición, hay que resistir y ponerle la mejor cara, ya pasará”, concluyó.
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