El martes, en su segundo día de trabajo tras estar casi tres meses detenido en la Penitenciaría Provincial, el ex intendente de Renca, Claudio Daniel Peralta, se desplomó de modo sorpresivo en el predio de su empresa de explotación de áridos, en esa localidad. Un empleado lo encontró así, a la intemperie, y le avisó a uno de sus hijos. Lo llevaron al Hospital de La Toma, y tras estar brevemente en ese centro de salud, lo derivaron al Sanatorio Rivadavia de San Luis capital. Los especialistas de la clínica aún realizaban estudios para hacer el diagnóstico, pero estimaban que sufrió una falla neurológica, le dijo a este medio Romina Peralta, la hija del ex funcionario.
Peralta tuvo el problema de salud cinco días después de recuperar la libertad, gracias a que la Justicia hizo lugar al pedido de excarcelación hecho por sus abogados, Raúl Edi Bernardis y Romina Peralta. Entre el viernes y el fin de semana, según contó su hija, el ex intendente recibió en su casa la visita de muchos conocidos, a quienes no veía desde que fue trasladado desde la alcaidía de Concarán al penal, procesado por balear en el cuello a Marcelo Andrés Musladino, un ex empleado con quien tenía conflictos laborales. Ese hecho ocurrió la mañana del 29 de enero pasado. Anteayer, cuando Peralta retomaba la actividad en la cantera que tiene en Las Lagunas, se descompensó.
“Fue como a las 15. Estaba desmayado. Según mi hermano y el empleado, no respiraba bien. Lo subieron a una camioneta y lo llevaron hasta el Hospital de La Toma. No podía hablar, no podía moverse por sí solo y recién recobró el conocimiento cuando llegaba a La Toma –narró su hija Romina–. En un primer momento pensaron que podía ser un problema cardíaco. De hecho, a sus 49 años, ya le han colocado tres stents –NdP: un dispositivo usado para corregir el estrechamiento de las arterias–, pero luego lo descartaron”.
Los profesionales del sanatorio capitalino le realizaron varios estudios –entre ellos, tomografías– para establecer de modo preciso qué tuvo. Estuvo en la terapia intensiva hasta las 16:30 de ayer, y de ahí lo pasaron a una sala común. Ya habían logrado controlarle la presión, que estaba alta.
Mientras su hija era entrevistada por El Diario de la República, Peralta estaba despierto, acompañado por su esposa, Mary Farina, y la diputada por Compromiso Federal Mirtha Beatriz Ochoa, que vive en Tilisarao y es prima y hermana de crianza del ex intendente.
En principio, si bien es sólo una presunción que el problema es de orden neurológico, los médicos no han detectado signos que pueden considerarse secuelas, dijo su hija. “Habla bien, coordina los movimientos, está lúcido”, describió. Pero aclaró que dentro de las próximas 48 horas será trasladado al Hospital Allende de Córdoba -donde tienen su historia clínica, por sus problemas cardíacos–, para que completen los estudios y determinen qué sufrió.
Romina explicó que dado que su padre está procesado por intento de homicidio –accedió a la excarcelación colocando en garantía una camioneta de su empresa, en reemplazo de la fianza de medio millón de pesos que le impuso la jueza Penal de Concarán, Patricia Besso–, hay que pedir la autorización judicial para que viaje a Córdoba. Pero estimó que como es por una cuestión médica y está certificada, se la darán.


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