En la tarde previa al día más patriótico del año, unos jóvenes “Trovadores de Cuyo”, imprimieron las más profundas tonadas al Salón Blanco de Terrazas del Portezuelo.
La nueva propuesta de los ciclos de conciertos, que comenzó en abril con números musicales de San Luis, este martes convocó a la reconocida agrupación de Mendoza.
Apenas habían pasado las 17 cuando el acondicionado Salón Blanco expectante y repleto, vio a un colaborador que colocó cuatro guitarras sobre el escenario. Los instrumentos lucían orgullosos, un impecable retazo del emblema nacional.
Cuatro de los integrantes del tradicional conjunto cuyano subieron a escena vestidos acorde a la fecha patria. Todos llevaban el blanco y celeste con mucho honor.
Como no podía ser de otra manera comenzaron con una tonada, “No quiero prenda con dueño”, y el infaltable recitado al inicio de cada tema.
El conjunto mendocino nació en 1927 creado por el popular folclorista Hilario Cuadros. Actualmente está conformado por Cristian Frete, Gustavo Olivera, Gabriel Arias, Ariel Flores y Maximilano Molina, quienes forman parte de la cuarta generación de trovadores.
Frete, la voz líder, agradeció al público y dijo que “es un gusto para los Trovadores de Cuyo decir presente y volver a esta querida provincia donde siempre nos reciben con tanto cariño, con tanto respeto”. A continuación anunció otro clásico de Don Hilario, “Picahuesos”. El alma del creador del conjunto bailó en el Salón Blanco durante todo el show.
También los músicos quisieron cantarle a la Virgen y con la introducción del Ave María, entonaron “Virgen de la Carrodilla”, un clásico nacional.
Nuevamente mencionaron al fundador del grupo cuando el cantante relató que en un momento de su vida, Cuadros se puso en contacto con autores colombianos y acordaron hacer un intercambio musical. "Su objetivo fue llevar nuestra música a Colombia y hacer conocer sus ritmos en Argentina", señaló el trovador.
Así, se grabaron cuecas, tonadas, gatos y valses, y desde aquel país incorporaron los pasillos y otros ritmos colombianos. En esa tónica, interpretaron “Yo sufro y tú lo sabes”, que dedicaron a todas las mujeres de la sala.
Le siguieron “Flor de Guaymallén”, “El jarillero”, “Cochero ‘e plaza” y como en Cuyo no hay cueca sin gato, interpretaron "Entre cuyanos", que relata la unión de tres amigos, un mendocino, un sanjuanino y un puntano.
Un emotivo momento dejó la interpretación de una zamba dededicada a la provincia. Antes de comenzar “Viva San Luis”, Frete pintó un ambiente familiar: “Vamos a hacer de cuenta que estamos todos en familia y compartimos en la casa de alguno de los presentes." El repleto salón entonó a coro fragmentos de la canción, pero un ávido espectador la cantó de principio a fin.
Ante la buena respuesta del publico, Frete dijo agradecido: "Muchas gracias por el cariño, nos sentimos muy afortunados de poder compartir con ustedes y ese afecto lo recibimos de manera muy directa, nos nutre y nos invita a seguir por esta huella".
“Mejor dejar gustando y no repugnando”, bromeó el cantante y anunció una despedida bien patriótica. Sonaron fuerte las guitarras para “Los 60 granadros”, que el público aplaudió de pie y con mucho fervor. Aunque era instrumental, el púbico cantó a viva voz.
Los asistentes que aún estaban con sed de tonadas y cuecas, no los dejaron ir sin pedir el bis. "Los Trovadores..." regresaron al escenario y cumplieron el deseo del público. Se despidieron con “El niño y el canario”, una sentida canción y “Yo vendo unos ojos negros”, y los aplausos continuaron un tiempo más, después de que los mendocinos dejaron el escenario.
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