El Muro de Berlín: a 55 años de la pared que dividió al mundo

Del muro que dividió a Berlín durante casi tres décadas, hoy sólo quedan en pie algunas partes que se convirtieron en exposiciones artísticas o recorridos obligados para cualquier turista. Pero hace cincuenta y cinco años esa imponente barrera, que primero fue de alambre, luego de ladrillo y finalmente de cemento, se levantó a lo largo de la capital alemana para separar el sector soviético del occidental. Casi como una reproducción a pequeña escala de lo que ocurría a nivel mundial por aquel entonces entre el comunismo y el capitalismo.

La construcción del Muro de Berlín, o "Muro de Protección Antifascista" como lo llamaron los soviéticos, comenzó en la madrugada del 13 de agosto de 1961. Según el portal BBC Mundo, los habitantes despertaron con el ruido de las sirenas y los camiones que atravesaban la ciudad. En cuestión de horas, un cerco de púas cruzó de este a oeste la capital.

Durante los días siguientes comenzó la edificación en ladrillo y el desalojo de las familias que habitaban en las casas ubicadas sobre la línea de construcción, que se extendía por 155 kilómetros.  En la obra participaron entre 40 y 55 mil trabajadores y también policías, que se encargaron de custodiar la frontera.

Los operarios utilizaron unos 45 mil bloques de cemento de casi tres kilos cada uno, que medían 3,60 por 1,20 metros.

Una vez que se erigió, la tapia se podía atravesar únicamente mediante puestos habilitados. Al principio sólo había un paso para los alemanes orientales; mientras que los habitantes del sector occidental tenían dos puntos de control: en la frontera entre Alemania Oriental y la parte principal de Alemania Federal, y en el límite sur de Berlín Oriental.

Si bien la barrera apareció en la década del '60, las divisiones en Berlín surgieron varios años antes. Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, la capital alemana quedó dividida en cuatro sectores de ocupación: soviético, estadounidense, francés e inglés. Las malas relaciones entre los comunistas y los aliados fueron creciendo, hasta llegar al punto en que surgieron dos monedas, dos ideales políticos -el comunista y el capitalista- y finalmente, dos Alemania.

"Eso provocó que la Unión Soviética cerrase las comunicaciones terrestres con Berlín en junio de 1948. Ante la decisión, los aliados iniciaron una serie de viajes en avión para suministrar víveres a la población alemana que estaba dentro de sus zonas de ocupación. Así comenzó a realizar el puente aéreo sobre Berlín, ante el cual las autoridades de la Unión Soviética no hicieron nada para defenderse", explicó el historiador Marcos Ferreira Navarro.

Los vuelos duraron once meses y abastecieron a una parte del país con alimentos, carbón y petróleo. Fue entonces que los soviéticos decidieron retirar el bloqueo. Pero el conflicto continuó y a mediados de 1949, las regiones alemana, francesa y británica se unieron en la denominada República Federal Alemana (RFA), y el sector oriental pasó a llamarse República Democrática de Alemania (RDA). La capital quedó dividida y se crearon 81 puntos de paso entre las dos zonas de la ciudad.

Más sólida con los años

El Muro de Berlín, que inicialmente fue construido con ladrillos, terminó convirtiéndose en una pared de hormigón de entre 3,5 y 4 metros de altura, que en el interior tenía cables de acero para aumentar su resistencia, según el sitio web RPP Noticias.

Además, en la parte de arriba le colocaron una superficie semiesférica, para que nadie pudiera agarrarse de ella. Pero los intentos de fuga del sector soviético al occidental eran constantes: miles quisieron cruzar la barrera y unas cuatrocientas personas murieron en el intento. Así que para evitar las huidas, la Unión Soviética creó una tapia interior, un poco más baja que la original.

Después instaló zonas de seguridad entre las dos paredes de hormigón, que fueron llamadas "franjas de la muerte", donde colocaban arena para detectar las huellas de los intrusos. Y como parte de la seguridad del muro, el gobierno soviético instaló unas trescientas torres de control, que estaban coordinadas por un centro común.

La caída

Ya en la década del '80, los reclamos contra el aislamiento de Berlín Oriental se hicieron más fuertes, ya que los habitantes de la parte soviética querían gozar de los mismos derechos que disfrutaban los del sector occidental.

A aquéllos que intentaban escapar saltando el muro, se unieron los que pedían asilo en embajadas extranjeras y, finalmente, los que huían de la zona a través de Austria. Y es que ese país, que pertenecía al bloque occidental, abrió en mayo de 1989 sus fronteras a Hungría, que era parte de la "Cortina de Hierro", es decir, de los Estados cuyos regímenes estaban bajo la influencia soviética.

Ante la presión popular, el gobierno de la República Democrática de Alemania determinó la apertura total de las fronteras el 9 de noviembre.

Ese mismo día, miles de personas se agolparon en los puntos de control para poder cruzar al otro lado y nadie pudo detenerlos: el  éxodo fue masivo. Al día siguiente se abrieron las primeras brechas en el muro, y familias y amigos pudieron volver a verse después de 28 años de separación forzosa.

Con la desaparición de esa enorme pared de hormigón comenzó la reunificación de Alemania, que ocurrió finalmente el 3 de octubre de 1990, con el Tratado de Unidad, la disolución de la República Democrática de Alemania y la incorporación de ese territorio a la República Federal Alemana.