Si alguien visitara por primera vez a La Carolina, sin duda tendría la sensación de tocar las nubes, y caminaría por más de dos siglos de historia. El pueblo, caracterizado por sus pircas y empedrados, ayer cumplió su aniversario Nº 224. El Municipio organizó una celebración a la que asistieron los lugareños y los vecinos de los alrededores, quienes recibieron la visita Adolfo Rodríguez Saá. El senador inauguró un paseo a la vera del río, compartió el locro tradicional y se sacó fotos con todos los que se acercaron a saludarlo.
“El oro de La Carolina está en su gente y en su encanto natural”, expresó el ex gobernador de la provincia, y señaló que el futuro de la localidad es la educación de los más jóvenes para que desarrollen emprendimientos turísticos.
El festejo por el cumpleaños de la ciudad comenzó a las 11 con la presencia de la Banda de la Policía, el senador y su señora, Gisela Vartalitis, el obispo monseñor Daniel Martínez, el padre Miguel García, la diputada provincial Ingrid Blumencweig, el diputado Juan Manuel Rigau y Carlos Sergnese.
Luego del acto, Alberto Ferraro, intendente de la localidad, invitó a Rodríguez Saá a cortar la cinta inaugural del “Paseo de las asperezas”, realizado con empedrado artesanal, en cuya entrada una placa cuenta la leyenda del arroyo y rinde homenaje a los mineros que trabajaron allí. También están grabados los nombres de cada vecino que ayudó en su construcción.
Ferraro señaló que el camino fue realizado con fondos municipales y que tuvo como finalidad recuperar un espacio que había quedado abandonado además de unir dos calles del pueblo, la Coronel Pringles y la 9 de Julio.
“Además colocamos luminarias en todo el recorrido, y hemos completado el 80% del alumbrado público del pueblo”, aseguró y anunció que la semana que viene comenzarán con el empedrado de 1.300 metros cuadrados, que se suman a los 1.015 que ya terminaron y al paseo.
“Todo está hecho por mano de obra local, es un trabajo artesanal. Primero se extrae la piedra, la cortan y la colocan en la senda. La finalidad es embellecer la ciudad y generar trabajo en el pueblo”, explicó. Y recordó que todos los vecinos se pueden anotar para la tarea en el Municipio.
Luego, la comitiva seguida por los pobladores recorrió las calles del pueblo hasta el salón municipal donde los esperaba una muestra fotográfica con los registros de la última nevada, tomada por los habitantes de La Carolina. Y más tarde, un almuerzo criollo con empanadas y locro tradicional. De postre, una torta de cumpleaños decorada con la imagen del pueblo. Como broche de oro del festejo el Ballet Folclórico Municipal deleitó a los presentes con danzas típicas. También tocó la banda “Los Almas” y “Melodías del Recuerdo” y hubo sorteos.
A cada paso, una historia
Durante el recorrido inaugural por el paseo, los lugareños saludaron a Rodríguez Saá, le contaron anécdotas y se fotografiaron. No faltaron las historias, los agradecimientos y expresiones de afecto y alegría.
Una señora le señaló su casa y recordó que fue él quien le entregó las llaves. También una maestra lo abrazó y le recordó que hace 20 años inauguraron la plaza juntos.
“Tuve mi primer acto cuando Rodríguez Saá era gobernador. Es una gran emoción volver a verlo en el pueblo”, comentó Silvia Taurant, directora de la escuela rural de Inti Huasi que se localiza a 20 kilómetros de La Carolina.
“Con el pueblo tengo una relación de un profundo amor y amistad. Toda una vida dedicada a San Luis. Y La Carolina es uno de los centros más tradicionales que tiene San Luis, hoy estamos festejando mucha historia”, expresó Rodríguez Saá.
También dijo que el pueblo avanzó mucho desde la vieja ruta de tierra y que el trabajo del empedrado le dio un toque tradicional y muy atractivo que se suma a la aventura del oro.
“Me dice el intendente que unos 30 mil turistas visitan La Carolina por año, entonces tenemos que mejorar los servicios y educar para los desafíos de los nuevos tiempos”, apuntó.
El ex gobernador señaló que no es común que un político con una larga trayectoria sea reconocido positivamente por la gente. “Creo que algunos se ríen de mis canas, pero las tengo de haber trabajado intensamente por mi pueblo. Cada una representa un momento de lucha y sacrificio para lograr el progreso de San Luis. Así que en vez de reírse podrían contribuir a construir la provincia”, manifestó.


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