Resignados, pero no desahuciados. Con esa sensación agridulce un nuevo aniversario de la desaparición de Abel Ortiz halló a los hermanos del joven de 29 años. Pues reconocen que no importa qué tanto lo deseen, él ya no está vivo. Pero también los encontró con algo de satisfacción. Porque, pese al tiempo y a que todavía su hermano no aparece, uno a uno, los responsables de su desaparición –dicen– empezaron a pagar lo que hicieron con lo que merecen: la cárcel. Por eso ayer, en la Plaza del Mercado de Villa Mercedes, la familia y los amigos del hombre recordaron que aunque “Pochi” ya no está físicamente, está más presente y vivo que nunca, en el corazón de todos ellos.
La concentración y posterior marcha estaba programada para las 18. Pero arrancó una hora más tarde, porque la gente no paraba de sumarse y no querían empezar hasta que no estuvieran todos.
Llegaron familiares de otras provincias y hasta personas que, como los Ortiz, saben cómo se siente que, de un día para el otro, alguien les arranque de sus vidas a un ser querido. Fue el caso de Marta Cejas, la madre de Marilyn, la chica que fue hallada muerta con un balazo en la cabeza, en San Luis, en julio de 2012.
Cuando estuvieron todos, marcharon. Partieron de la esquina de Balcarce y Rafael Cortez, hacia el sur. Eran cerca de 500 personas, enfundadas con remeras con el rostro de “Pochi” estampado.
Más Noticias