Naturaleza en Peligro 2ª parte: Incendios y uso del suelo son los desafíos para la provincia

Según la opinión de Jorge Heider, jefe del Programa Biodiversidad, “los dos mayores problemas, y a la vez desafíos, que tenemos en San Luis, son los incendios, como un hecho no deseado; pero a nivel mundial también sufrimos por el cambio de uso del suelo y el avance de la frontera agrícola”.  El biólogo rescató que “el desafío es seguir desarrollándonos como provincia, pero a su vez impactar de la menor manera posible. Y digo que es un desafío porque a nivel mundial se mantiene en permanente desequilibrio entre progreso y medio ambiente, que es muy difícil de mantener en el tiempo. Todos los días tenemos que resolver algún problema para volver la balanza a cero”.

Heider explicó que las estadísticas sobre los daños que provocan los incendios forestales se toman en San Luis a partir del año 2000. Y los picos más altos en estos 16 años se registraron ese mismo año, en 2002 y en 2009, donde se llegaron a quemar 470 mil hectáreas. “Si se tienen en cuenta los números anuales diríamos que en promedio hasta ese año estábamos en 110 mil hectáreas siniestradas, pero a partir de ahí bajamos a 80 mil. Y ahora estamos por debajo de las 72 mil”.

Aunque aclaró que “deberíamos estar en cero incendios, la realidad es que en el sur se queman por el problema de los rayos y en el resto de la provincia por la mano del hombre, ya sea por negligencia o mala intención. Por eso insistimos en lo que llamamos `alerta temprana´, que es el aviso que da la gente apenas detecta una columna de humo”.   

En lo que va del año se han quemado más de 24 mil hectáreas, por eso Heider explicó que “cada habitante debe comprender cuál es la complejidad de los incendios y por dónde pueden producirse, para que el cabañero, el vecino o el municipio sepa informarle al turista que nos visita con un folleto o a través de una charla informal que no haga fuego donde no está permitido. Si se trata de un vecino, que no le prenda fuego a los restos de la poda justamente en la temporada alta de incendios”. Recordó que así trabajan desde principios de año a través del Consejo Provincial de Medio Ambiente (Coproma) y con los municipios de cada localidad. Lo mismo se ve en los videos institucionales que difunden en los medios de comunicación: “Uno apunta al productor rural y el otro a turistas y vecinos para evitar lo que llamamos el incendio interfase. Lo que nos está faltando es que no nos prendan fuego adrede, porque 16 mil hectáreas que se quemaron este año fueron por ese motivo”.   

En lo que se refiere a incendios, destacó que la provincia tiene dos problemas que fueron mutando en los últimos cuatro años: las dos temporadas de incendios que, según la meteorología, una abarca entre julio y noviembre, que es la denominada alta; y una baja entre diciembre a marzo en la zona centro sur, que es la de mayores pastizales. “Esto fue mutando porque antes el mayor problema era el incendio forestal rural, pero el que vemos ahora se denomina de interfase. Antes el problema era el productor que quemaba el pastizal para obtener el rebrote y eso era el 80 o 90 por ciento. Pero en los últimos años algunos desarrollos inmobiliarios que no han tenido una mirada integral, no previeron qué iba a pasar con el fuego”.

Heider se lamentó al decir que, “fuego en San Luis va a haber, porque tenemos 3,5 millones de hectáreas de bosques y más de 2,5 millones con pastizal y arbustos que se pueden quemar. Ojalá que tengamos cada vez menos, pero la realidad es que el combustible disponible está y va a seguir estando por décadas. Por eso nunca es suficiente la prevención y hay que seguir hablando de esto. Lo que tenemos que lograr es que se prenda fuego por accidente y no lo que está pasando ahora, que se produce por desconocimiento o mala intención”. E insistió en que “el manejo del fuego se puede hacer en determinadas condiciones y si no, no se puede”.

El incendio de interfase es el que genera el mayor riesgo para la vida de las personas y para la infraestructura. El hecho de tener un fuego que ingrese a un loteo o que llegue a la periferia de un pueblo genera muchas complicaciones. Por eso entre febrero y marzo el Programa Biodiversidad empezó a trabajar en un manual de prevención de incendios que se le envió a todos los municipios. “En esas 25 páginas tienen una base sencilla, entendible y económica con las acciones que pueden desarrollar para evitar que un incendio pueda ingresar en una localidad. Se trabajó con información de los manuales de Canadá, España y Estados Unidos y se le hizo un ajuste a la vegetación y al desarrollo inmobiliario de San Luis,  que a su vez está relacionado con la legislación local. Por eso creemos que hay que seguir insistiendo con esto y ayudar a los municipios más pequeños para que entiendan que este problema vino para quedarse.

Heider dijo que cada una de las partes de su Ministerio, como Producción, Industria, Cambio Climático, Energías Renovables y Gestión Ambiental “hacen una parte que ayuda para controlar el cambio del uso del suelo y ordenar una acción que puede ser un desmonte, un loteo, un basural, una fábrica, el cauce de un río, el desarrollo en una ladera, el ordenamiento de un éjido municipal o como el desafío de la Cuenca del Morro, con un inconveniente ya detectado”.

Y destacó que “para el futuro hay que lograr que los nuevos desarrollos contemplen una serie de medidas como tener calles de acceso con denominación para que pueda ingresar la Policía, una ambulancia o una autobomba, pero también las picadas perimetrales, una zonificación de la vegetación que tienen dentro de los terrenos, los servicios de agua, luz y cloacas y que tengan espacios verdes. Todo está previsto en el estudio de impacto ambiental que deben presentar antes de concretar un loteo”.