La conducta del automovilista alcoholizado que embistió a una mujer policía y le causó la muerte, el domingo a la mañana, traspasa los límites de la imprudencia o la negligencia. Se encuadra en una acción más grave. Eso entendió el juez de instrucción Penal Nº 1 de San Luis, Sebastián Cadelago Filippi, y por eso, en vez de homicidio culposo, le imputó el delito de “homicidio con dolo eventual”.
El protagonista de la tragedia, Esteban Aníbal Rojos, un vecino de Potrero de los Funes, de 31 años, sigue detenido en una comisaría de la capital. Ayer tuvo en el juzgado la audiencia de indagatoria, en la que se abstuvo de declarar.
Sus abogados, Eduardo y Gonzalo Agundez, pidieron la prórroga de la detención.
A la hora que el automovilista era conducido a tribunales, los familiares y amigos de la auxiliar de Policía Lorena Vanesa Gatica de Lagos, de 31 años y madre de dos hijos, la sepultaban en el cementerio de la localidad de Leandro Alem, a 110 kilómetros al norte de la capital.
El dolo (intención) eventual significa que quien comete una acción se ha representado seriamente que puede tener determinado resultado, la muerte en este caso, y sin embargo persiste en su actitud.
Para imputar a Rojos de homicidio simple con dolo eventual, el juez consideró tres elementos: que manejaba ebrio, que habría ido a velocidad excesiva y que, luego de embestir la moto de la auxiliar Gatica, habría tratado de escapar, explicó ayer el abogado Eduardo Agundez.
Según indicios recolectados por la Policía en el sumario del accidente, después de la embestida, Rojos dio la vuelta en el bulevar central del barrio 500 Viviendas Sur, donde se produjo el choque, con la intención de fugarse, pero el auto se le paró a los pocos metros.
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