La División de Canes auxilió a un pequeño perro de raza mestiza. El animal estuvo durante cuatro días atado con una gruesa cadena, en el poste de una plaza del barrio Amppya, sobre Catamarca y Gobernador Alric. En sus intentos por liberarse, la cadena le despellejó el cuello y se lo dejó en carne viva. Los llantos alertaron a los vecinos, que pensaban que alguien lo había dejado ahí por un rato. Al ver que nadie regresaba le comenzaron a dar comida y agua.
“Los vecinos no sabían qué hacer. Cada vez que se acercaban el perro ladraba, pero era por el mismo dolor y la pena. Al pasar los días y ver que nadie regresaba por él, llamaron al 911 y ellos a la división. Cuando llegamos a él tuvimos que utilizar una tijera especial para cortar la cadena”, contó el jefe de la división, subcomisario Pablo Gil.
Según el policía, lejos de mostrar agresión, el perro se mostró feliz y aliviado. Ni siquiera les ladró cuando le aplicaron una pomada en las lastimaduras. Ahora permanece en Zoonosis, a la espera de adopción. Nadie sabe quién es la persona que lo dejó abandonado.
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