Adolfo Rodríguez Saá: "Si uno recorre la provincia, es increíble lo que ha crecido"

Entre dirigentes de distintos puntos de la provincia, anécdotas y aplausos, Adolfo Rodríguez Saá pasó por la sede del PJ para hablar del Proyecto Provincial y la Planificación Estratégica, de acuerdo al ciclo de capacitaciones que organizó el partido.

Tras agradecer la participación masiva de militantes jóvenes y adultos, el senador nacional inició la charla retomando la frase de su compañero, Mario Bartolucci. Me acuerdo que me dijo, allá por los años ’90: “Adolfo, si a la provincia le sacamos todo lo que hicimos los gobiernos peronistas, San Luis queda vacío”, introdujo y luego comenzó a recordar cuándo y cómo comenzaron a crecer.

“En 1983, después de una elección muy difícil, porque en el país ganó la UCR, al igual que en las principales intendencias de acá también. Pero nosotros ganamos la Gobernación: me acuerdo que a las 4 de la mañana pudimos festejar cuando llegar los resultados de las mesas de Quines y los departamentos Chacabuco y San Martín. Fue por algunos miles de votos, que no eran tantos, pero sí suficientes para darnos legitimidad. Pero en ese entonces no había trabajo ni viviendas, había una pobreza enorme. Nuestros hermanos se tenían que ir a otro lado; pero nosotros igual soñábamos con la justicia social, y dijimos: ‘Tenemos que armar un buen proyecto’”.

El proyecto provincial había arrancado con más ilusiones y predisposición que recursos económicos y ayudas. Por ello, tal como contó Rodríguez Saá, fue clave pensar estratégicamente en las fortalezas y las debilidades (estas últimas, a esa altura, casi nulas). Y así lanzaron un ambicioso plan de industrialización.

“Pero muchas de las mujeres que venían a trabajar no tenían ni siquiera zapatillas; saben el grado de pobreza que había. Sin embargo, consiguieron el puesto y así dignificamos a los hombres y mujeres de San Luis”, describió frente a la atenta mirada del público, y siguió sobre el segundo paso: “Después pasamos a otra etapa, que consistía en lograr que los chicos no se fueran, es decir, empezamos con un programa de población que significaba que cada uno tenía que tener su vivienda propia. Y llegamos a cada rincón de la provincia. Nadie lo ha podido imitar en Argentina. Y el mundo no puede entender cómo creamos viviendas para la mitad de la población, no puede entender cómo se pueden comprar con, en ese entonces, 90 dólares mensuales, que hoy son alrededor de unos 1.500 pesos”.

Con esta referencia histórica, el líder del PJ puntano pasó a explicar que el Plan Mil fue “una pieza única”, que consistía en recorrer cada pueblo y paraje de la provincia para charlar con sus habitantes y recolectar sus necesidades, preocupaciones y opiniones. El resultado quedó plasmado en tres libros donde volcaron desde las posturas de los vecinos hasta las obras que iban a realizar, cómo, cuándo, dónde y por qué.

“En el medio vino la crisis del 2001, y sin embargo, cumplimos con todo, porque San Luis tiene independencia económica y puede hacer estas cosas”, afirmó en relación a la construcción de autopistas, hospitales, acueductos y tendido de redes de electricidad y gas, entre otras obras públicas claves.

Ya para el cierre, apurado por el reloj (la duración de la charla tenía que ser de 45 minutos, y ya había superado la hora), Rodríguez Saá brindó algunas estadísticas sobre la cantidad de kilómetros de pavimento (de 354 en 1983, a 4.278 hasta la fecha) y red de energía eléctrica (de 270 kilómetros en el '83, a 11.790 hasta esta mitad de año). Lo que llevó a San Luis a ubicarse segunda en un ranking nacional de desarrollo provincial.

“Así como hicimos todo esto, como cuando venían y nos contaban los sueños, podemos hacer mucho más. Y ahora estamos en mejores condiciones. Por eso los convoco a esta escuela activa de líderes que el peronismo ha diseñado... Les pido que estemos orgullosos de lo que hicimos; construimos ciudades enteras. Si uno recorre la provincia, es increíble lo que ha crecido, y es increíble lo que va a crecer”, concluyó un Rodríguez Saá nuevamente ovacionado por la histórica y joven militancia que se quedó con ganas de más anécdotas personales y políticas.