Natación: el deporte ideal para los niños

Las vacaciones son la época ideal para descansar y pasar un tiempo en familia. Pero no para los más chicos. Ellos tienen muchas energías y quieren divertirse. Y una de las cosas que más disfrutan es la pileta. Por eso, para el verano la natación es el deporte ideal para los pequeños de la casa. Los profesores de educación física señalan que es el deporte más completo porque trabajan todos los grupos musculares. Además, al ser en el agua, el impacto es menor. Así que a sacar las antiparras y el gorro y a zambullirse.

De los pies a la cabeza

La profesora de natación, Carla García, indicó que no sólo tiene un fin deportivo sino que también terapéutico porque ayuda a corregir los problemas de la columna vertebral o reducir los síntomas. "Es bueno para tratar enfermedades cardíacas, respiratorias y circulatorias", agregó.

Otros de los beneficios son:

—Controla el peso corporal, lo que previene la obesidad en niños (y el 80 por ciento de niños obesos lo serán también de adultos).

—Baja la concentración de colesterol en sangre y reduce el desarrollo de la arteriosclerosis desde la infancia.

—Disminuye los niveles de glucosa en sangre debido a que el ejercicio aeróbico produce una mayor sensibilidad a la insulina. Por ello, reduce las necesidades de insulina en niños diabéticos.

Los músculos que trabajan

Los grupos que el cuerpo pondrá en movimiento dependerán del estilo que se realice. "A nivel general los principales implicados en el movimiento de brazos son dorsal ancho, pectoral, deltoides (hombros), tríceps, redondo mayor y trapecio. En las piernas utilizamos los cuádriceps, isquiotibiales y gemelos. Pero para que podamos mantener la posición del cuerpo en el agua, también debemos ayudarnos de los abdominales, glúteos, intercostales y estabilizadores de la cadera. Lo mejor es que ejercitamos el músculo más importante de nuestro cuerpo, el corazón", puntualizó.

Ideal para los niños

García sostuvo que la natación favorece la alineación postural y desarrollo motriz básico de los chicos. "Mejora la flexibilidad, coordinación, agilidad, velocidad y fuerza muscular. Otro punto importante es que controla el peso corporal, lo que previene la obesidad en niños. Es el momento justo para que empiecen a nadar, ya que aprenden más fácil que los adultos, se adaptan más rápido al medio acuático a través de juegos, lo hacen de una forma divertida, relajada y saludable. Creo que muchos padres también lo ven necesario más allá de todos los beneficios en la salud, por ser una medida de seguridad", detalló la profesora.

A ponerse las antiparras

Los profesores recomiendan que para los que recién comienzan es aconsejable practicar natación  por lo menos dos a tres veces a la semana con una duración igual o superior a 30 minutos para que el aprendizaje sea más rápido, aunque depende de cada niño. "A medida que ya son más grandes o están adaptados al medio acuático se pueden ir aumentando las sesiones", dijo García.

A  nivel social

Pero la natación no solamente es buena para el cuerpo sino también para la mente de los niños. Según los expertos, puede favorecer la socialización y la solidaridad porque al tener nociones de salvamento y poder ayudar en una situación real es un valor agregado en el aprendizaje. Además, el contacto personal favorece las relaciones interpersonales y ayuda a superar miedos.

Consejos y precauciones

Como en toda disciplina, además de aprender y disfrutar, hay que tomar ciertos recaudos. Es importante bañarse antes y después del baño; en las duchas, utilizar calzado para prevenir las infecciones por hongos en los pies; dentro de la piscina, emplear gorros y gafas especiales para prevenir las irritaciones en los ojos causadas por el cloro; al aire libre se debe utilizar protector solar antes y durante la práctica y evitar las horas de máximo sol y calor.

Natación para bebés

Si bien un bebé no aprenderá a nadar y hará el estilo mariposa, tiene beneficios a nivel motriz. Al no caminar, encuentra en el agua la posibilidad de moverse con más libertad y continuidad de movimientos. A muy temprana edad comienzan a tener nociones de desplazamiento y distancia de una gran riqueza y sensibilidad, lo que redundará en una mayor coordinación motriz. También está demostrado que los bebés que han hecho natación en los dos primeros años de vida tienden a ser más creativos y observadores porque el agua estimula la capacidad de juego del niño, lo que repercutirá muy positivamente en aprendizajes futuros. Al hacerla junto al papá o la mamá, mejora y fortalece la relación afectiva y cognitiva. Otro de los beneficios es que inician la socialización sin traumas en un ambiente lúdico y recreativo. La convivencia en la piscina con otros niños le ayudarán a relacionarse mejor, además aprenderán a compartir y realizar actividades junto a otros.