Solidaridad: 30 toneladas de tapitas para el Hospital Garrahan
En Quines se vivió una gran fiesta. Amigos y familias colaboraron con esta buena causa.
La localidad de Quines vivió una jornada repleta de solidaridad en donde se recolectó 30 toneladas de tapitas para la Fundación Garrahan.
El objetivo era juntar la mayor cantidad para que sean transformadas en medicamentos, movilidad y sostén de distintos programas en beneficio de los niños que atienden su salud en el hospital.
Con un día inmejorable la plaza Lafinur fue escenario de este gran acontecimiento, donde familias, amigos y lugareños se acercaron a presenciar un acto de amor y compromiso. A las 10 comenzaron a llegar las primeras camionetas de distintas localidades y también de provincias vecinas como La Rioja, Mendoza, San Juan y Córdoba en donde todos estaban unidos por un mismo objetivo, ayudar a miles de chicos para que puedan ser atendidos y acompañados en cada batalla que les toca pelear.
“A las dos de la tarde cargamos el primer camión. Fue muy emocionante ver tanta gente colaborando. Trabajamos todo el año para que sea una verdadera fiesta”, dijo Ivette Campot, referente voluntaria de la fundación en San Luis, que también manifestó: “Hemos superado nuestras expectativas. El año pasado recolectamos 20 toneladas. Este claramente lo sobrepasamos con 30. Fue impresionante ver los camiones repletos de tapitas. Se descargaban en el lugar y se volvían a poner en otros que eran los responsables de transportarlas hasta Buenos Aires”.
En el último tiempo se ha multiplicado la demostración de amor y se ha tomado conciencia de lo mucho que se puede hacer con simplemente no tirar y guardar las tapitas. “En muchas localidades se toman el trabajo hasta de separarlas por color y clasificarlas. Esta iniciativa le da un beneficio extra a la fundación”, explicó Ivette.
“Nos acompañaron instituciones educativas de Concarán, Anchorena, Arizona y de la ciudad capital, también distintas ONG y representantes del Ministerio de Medio Ambiente, que se sumaron a esta gran movida. Aparte estuvo Patricia Gavilán, que es responsable del Programa del
Reciclado de la fundación y pudo presenciar la fiesta que se vivió en Quines”.
Entre bocinazos, escoltados por la asociación de motoqueros y móviles de la policía, se acompañó hasta la entrada principal al primer camión que se iba repletos de sueños y esperanzas. Los vecinos parados en las esquinas festejaban y saludaban este entrañable momento.
La fiesta continuó, todavía quedaba mucho trabajo por hacer. Hicieron una cadena humana para pasarse las bolsas de mano en mano hasta llegar al vehículo. Mientras tanto había actividades para distenderse: la presentación de una academia de folclore, exhibición de canes y sorteo de juguetes para los más chicos.
“A las cinco y media salieron los últimos dos camiones. Tenía piel de gallina al ver tanta alegría, solidaridad. Los niños también querían colaborar trayendo algunas bolsas. Todos juntos unidos en este sueño”.
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