Siempre que toca ir al supermercado a comprar, uno se deja llevar por las publicidades y reconoce los alimentos que se venden como "sanos". Pero en realidad, al leer la etiqueta que contiene toda la información nutricional sobre el producto, el consumidor podría darse cuenta que no es tan sano como aseguran. Saber qué cantidades de grasas, calorías y sodio tiene un paquete de galletas servirán para elegir los más sanos y además, controlarse con las porciones.
Información obligatoria
En el libro de la nutricionista Karen Cámera, "Comé bien, corré mejor", la especialista explica que en los rótulos de los envases es obligatorio que aparezca cierta información:
-Denominación del producto.
-Datos del elaborador y lugar de fabricación.
-Identificación del lote.
-Fecha de vencimiento.
-Contenido neto (gramos o miligramos).
-Lista de ingredientes que aparecen ordenados de mayor a menor según el grado de participación en el producto. Al final se ponen los aditivos, que son sustancias que sirven para mejorar o conservar las características propias del alimento.
-Indicaciones de cómo conservar el producto.
-Preparación e instrucciones de uso.
Componentes nutricionales
La información nutricional aparece generalmente en forma de tabla. En ese recuadro que sale en el reverso del producto, y al que nunca se le presta atención, figura el listado de los nutrientes que deben figurar obligatoriamente, la cantidad de cada uno en una porción de producto y el porcentaje cubierto del valor diario (cuánto de lo recomendado para ese nutriente, nos está aportando la porción referida del alimento).
¿Qué tiene?
Si el consumidor se detiene unos minutos a leer las etiquetas de los envases de todos los productos que están en las góndolas va a notar que en todos siempre van a aparecer:
-Valor energético (kcal).
-Carbohidratos.
-Proteínas.
-Grasas totales.
-Grasas saturadas.
-Grasas trans.
-Fibra alimentaria.
-Sodio.
Estos datos serán expresados en gramos (o mg para el caso del sodio) y porcentaje del valor diario recomendado (%VD). Por ejemplo, si una persona consume unos copos de cereal cuya porción aporta un 4% de las necesidades de energía, significa que si ingiere 4 porciones de esos cereales cubrirá un 16% de las recomendaciones diarias de calorías. Generalmente esto se basa en unas 2000 diarias, pero las necesidades varían en cada persona dependiendo del sexo, edad y fundamentalmente del nivel de actividad física.
Atención a las porciones
Está determinada para cada alimento y se presenta en la etiqueta indicando la cantidad en gramos o miligramos junto con su equivalencia en medidas de referencia como taza, vaso, cucharada, unidad, etcétera. Así, el consumidor no necesitará de una balanza para medir a cuánto equivale. El Código Alimentario Argentino unificó las porciones para los diferentes productos para que todos expresen el mismo tamaño de porción y de esta manera, poder comparar los productos. Por ejemplo, la porción de galletitas es de alrededor de 30 g (la cantidad de unidades dependerá del peso de ellas) y la de los fideos 80 g (1 plato).
Light versus diet
Aunque parezcan sinónimos no lo son. "Light"es una denominación que se utiliza para declarar que el producto tiene “bajo contenido” o que está “reducido como mínimo en un 25%” en energía u otro nutriente respecto del producto original.
La denominación "diet" ya está prohibida en el Código Alimentario Argentino pero igual es habitual escucharlo. Era utilizada para denominar a los alimentos que han sufrido una modificación, ya sea porque se le redujo su contenido energético o de algún nutriente, o porque fue fortificado o enriquecido, o es un producto formulado para alguna población específica, por ejemplo para los lactantes, pero no implica que sea bajo en calorías. Es decir, son diferentes a la versión original, como por ejemplo a un pan se le agrega más fibra.
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