Este 8 de marzo tiene como objeto modificar la historia mundial y la conciencia colectiva. Con el ferviente apoyo de los 48 países adherentes, se lleva a cabo el Primer Paro Internacional de Mujeres que busca una esfera de igualdad en el mundo junto a medidas reales para resolver la realidad misógina.
Hoy las mujeres paran contra la desvalorización económica de lo que producen: las tareas domésticas, la crianza de sus hijos, el cuidado de algún enfermo. Eso que también forma parte de la microeconomía, pero con tanta desvalorización social y económica que ni el colectivo imaginario imagina.
Alzan su voz porque la maternidad y la carrera profesional no sean dos enemigos sociales que no se puedan dar en conjunto.
Paran por la valorización de su esfuerzo y su trabajo, por una imperiosa necesidad de mitigar la discriminación y los actos de violencia.
Paran por un causal límite: los femicidios.
La ONU internacionalizó el Día de la Mujer bajo el lema de “Participación igualitaria en el mundo del trabajo y en la sociedad en general”. Pero ese reconocimiento costó la vida de 129 trabajadoras un 8 de marzo de 1908, costó el hambre de cientos de mujeres que protestaron por falta de alimentos en 1917.
El 45% de quienes escriben este diario son mujeres. Hoy ellas tomaron esta lucha como propia y eligieron parar, con la idea de generar conciencia clara de la importancia que tiene el trabajo femenino, para que nuestros lectores comprendan que las fotos en la vera del sol fueron tomadas por una mujer, que una nota sobre asesinatos fue investigada por una mujer, que las correcciones finales de este diario fueron realizadas por una mujer.
La historia de El Diario de la República puede remarcar la conducción de cuatro directoras y de trabajadoras mujeres en cada una de sus áreas. Cada una tiene un motivo para parar.


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