Valeria Muller, la dama de la bici

Tiene 42 años y las mismas ganas de cuando se inició. Habla con la misma pasión. Es Valeria Muller, la ciclista de Esperanza que tiene 30 títulos argentinos y hoy, en San Luis, buscará el oro número 31. La crono es su fuerte. Llega fina y con muchas ganas de subirse al escalón más alto del podio.
Siempre estuvo ligada al deporte. Hizo atletismo y natación. En 1999 empezó a coquetear con la bici. Se compró una de ruedas anchas, y después siguió los pasos de papá que corría en circuitos callejeros. Cuando tuvo su primera pistera comenzó a competir. En el primer Argentino fue campeona. En su Esperanza natal. En esa  ciudad de 45 mil habitantes, donde cada mañana se levanta a las 7:30 para ir al comercio familiar: venta de calzados.
Valeria es esposa -está casada con Ariel, es mamá -tiene un hijo de 13 años que se llama Santiago y  fue bronce en su primer Argentino de pista. Trabaja. Y como si esto fuera poco, todas las siestas, agarra su bici y se va a pedalear. Los años pasan. Las hojas del almanaque caen. Pero la magia y la fortaleza de esta rubia, alta y simpática mujer, sigue firme. Una grande "la vale", como le dicen en  su ciudad.
La jerarquía de la santafesina no termina acá. Tiene seis medallas internacionales. Fue oro y plata en los Juegos Odesur; y tiene cuatro preseas de bronce en Sudamericanos y Juegos Deportivos Panamericanos. Una fortaleza que cruza las fronteras.
A pesar de los logros, la humildad es su bandera. No se la cree. Es amable. Siempre con una sonrisa a flor de piel. Cuenta una y otra vez sus títulos. Es muy humilde. Las demás ciclistas la respetan, no sólo por la trayectoria, sino por lo buena gente que es.
Sabe que la empresa de hoy es complicada. "Hay varias chicas que llegan muy bien. No te puedo dar un nombre, porque por ahí sale alguna tapada, como lo fui yo en 1999 cuando debuté y logré el campeonato argentino", dice con voz firme y segura.
Habla y de reojo mira su bici. Su fiel compañera. Esa que hace dieciocho años no se le despega un  solo instante. De 1999 a la fecha corrió todos los Argentinos, menos en 2003, cuando dejó la bici para ser mamá. Hizo un parate para disfrutar a su hijo Santiago, que hoy sigue sus pasos. 
Viene de correr las Vueltas de Uruguay, San Juan y La Pampa. No se toma vacaciones. Si no está arriba de la bicicleta, está en el negocio o en las reuniones del cole de Santi, o acompañando a su marido. Es una todoterreno. Una mujer que no perdió la pasión por el ciclismo. 
Valeria Muller está en San Luis, pero no de paseo, vino a buscar más gloria: el título número 31.