Los refugiados son nuestros hermanos. Aquéllos que eligieron San Luis nos dan mucho más de lo que nosotros le damos", expresó con convicción Alberto Rodríguez Saá y el auditorio repleto lo aplaudió. Fue durante la disertación que el gobernador de San Luis ofreció en la sede puntana de la Universidad Católica de Cuyo (UCC).
La clase se realizó en la sala 'Tomás Moro" y contó con la participación del rector de la casa de estudios, Claudio Larrea. Ante cientos de estudiantes, docentes e invitados especiales, Rodríguez Saá, previo a su charla, recibió la resolución que lo distingue como profesor invitado de la UCC y por ello será convocado para participar en futuras cátedras que se desarrollarán en los próximos meses.
Tras los aplausos y fotos de rigor, el mandatario puntano se refirió a los inicios del conflicto bélico entre el Ejército de Siria y los comandos del Estado Islámico (EI) que generaron la dramática actualidad que vive gran parte de ese país.
Según relató Alberto, fruto de las batallas, bombardeos y la hambruna que generó la huida de miles de sirios que se convirtieron en refugiados, la población de Siria disminuyó notablemente en los últimos años: de los 20.700.000 habitantes que contabilizó un censo en 2010, ahora son 18.000.000 de personas indicaron datos suministrados en 2016.
"Cuando tenía diez años aproximadamente, una persona muy pobre golpeó la puerta de mi casa pidiendo comida. Le hice un sandwich de milanesa y un vaso de agua. Me agradeció y se fue. Nunca conté ese episodio porque era normal ser solidario. No había que pedir permiso. Los puntanos somos solidarios, al igual que los argentinos. Pasaron muchos años y se dio este drama mundial que no sólo genera refugiados, sino que hay un gran rechazo hacia ellos. En San Luis pensamos y sentimos distinto. Nunca perdimos ese sentimiento de solidaridad hacia el que necesita", expresó Alberto.
"Cuando fui invitado a la Academia Pontificia de las Ciencias, en el Vaticano, escuché a muchos alcaldes europeos pero supimos de la frase del Papa Francisco 'Los refugiados son nuestros hermanos'. Fue una frase muy cierta. Y emprendimos una ayuda genuina para esa gente que sufre tanto y muere intentando llegar a un lugar seguro. Por eso nos convertimos, gracias a la canciller Malcorra, y el Ministerio de Relaciones Exteriores, en Estado Llamante lo que nos permitió recibir refugiados", contó.
"Eso derivó en lo que tenemos hoy. Un Corredor Humanitario desde la zona de conflicto hasta San Luis y que llega a La Punta donde están nuestras primeras familias de refugiados. Primero recibimos una pareja que había llegado a Buenos Aires. Y luego otras familias viajaron cuarenta horas para llegar hasta aquí. Actualmente se adaptan a su nueva vida", afirmó.
"Cuando los esperábamos en el aeropuerto había políticos del Gobierno y la oposición. Estábamos en silencio. Cuando ellos llegaron nos juntamos todos y nos emocionamos. Los refugiados nos unieron. Por eso recuerdo aquel sandwich de milanesa, eso es lo que nosotros les damos. Pero los refugiados nos devuelven mucho más, enseñanzas, unión, solidaridad. Momentos como éste. Por eso debemos seguir siendo solidarios", remarcó Alberto.
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