"Hay que poner más atención en adaptarse a los cambios"

Esteban Jobbágy es ingeniero agrónomo, doctor en Biología e investigador del Conicet y admitió que “el cambio climático llegó y nos afecta porque es de origen humano. De eso no hay dudas”. Pero dijo que ante estos cambios “hay dos acciones que se pueden tomar: tratar de mitigar los daños y retrotraer la situación anterior, o adaptarse a ellos. Países como el nuestro, a mí modo de ver, tienen que poner más atención en adaptarse y no tanto en remediar. Porque los responsables que más efectos causan en las emisiones de gases invernaderos no son los países como Argentina, sino los que tienen economías más desarrolladas o las que se están desarrollando rápidamente ahora como India y China”.

Según su explicación, “Argentina puede aportar porque políticamente puede ser valioso para su diplomacia sumarse a esas acciones, pero no vamos a cambiar el nivel de emisión de gases invernadero. Poner demasiado esfuerzo por ese lado no me parece prudente”. Y destacó que “hubo un montón de caminos que se han recorrido porque eran muy promisorios pero no han tenido éxito como lo es forestar para secuestrar carbono. Hoy es cada vez es menos prioritario y utilizado dentro de las acciones de mitigación”.

En cambio Jobbágy ponderó que “lo mejor es adaptarnos a los cambios en el clima y lo bueno es que ya sea por el efecto invernadero o producto de las simples fluctuaciones que tienen lugar durante muchas décadas, todo lo que aprendamos para adaptarnos a las variaciones del clima, nos sirve. Y en eso hay mucho por hacer como preparar nuestros sistemas agrícolas para que sean buenos tanto con la sequía o los excesos de agua”. El investigador destacó que “hemos sido mucho mejores para adaptarnos a la sequía que para pilotear la abundancia de agua”. Sobre esto último manifestó que “es en lo que más investigué y trabajé, para entender cómo podemos hacer para que la llanura agrícola no genere tanta agua y que cuando la genera lo pueda sortear de la forma más razonable posible”.

También descartó que todo dependa de concretar obras de infraestructura hídrica: “La visión tradicional para estos problemas era que todo se arregla con canales y obras, pero resulta que la raíz de estos problemas hídricos está en lo que hacemos en los lotes. Diría que es más un problema  de jardinería que de plomería. Lo que yo llamo responsabilidad hidrológica en la agricultura no la teníamos tan clara hace 20 años, pero ahora sí. Es importante que tengamos presente que en las zonas de llanura del país, que abarca una parte de San Luis, lo que hagamos en los lotes va a determinar lo que pase con los excesos hídricos”.

El especialista propuso que “se debe pensar en una agronomía no sólo para generar rendimientos y alta producción, sino también para pilotear de la mejor manera posible el sistema hidrológico. Y esto vale para lugares como General Villegas (Buenos Aires) que hoy permanece inundado u otras grandes extensiones de la región pampeana, la llanura chaqueña ubicada en Santiago del Estero que sufre anegamientos y desertificación porque ha sido víctimas de acumulación de agua en las napas durante décadas; que ahora brota hacia la superficie”.

Y anticipó que “revertir este problema sí está en nuestras manos porque ya no son globales, como el cambio climático, sino regionales. Porque los causamos nosotros como país o provincia y lo tenemos que solucionar. Lo bueno es que al poner atención sobre estos problemas nos volvemos un poco más ágiles para reaccionar ante las fluctuaciones del clima que pueda venir en el futuro. Es una gimnasia de revisar las formas en que usamos el territorio. Desde lo ambiental y lo social, para tener un territorio más virtuoso donde se hagan acciones más inteligentes y más justas. Ése es el camino al que yo le presto más atención y es a donde trato de orientar mi investigación”.