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En San Luis queda mucha lana por cortar

Fue el segundo encuentro y se realizó en el campo de los hermanos Ramiro y Pablo Amieva, en Fraga. Dos especialistas pampeanos disertaron sobre estrategias de manejo.

Por Magdalena Strongoli
| 14 de octubre de 2018
Aseguran que se trata de razas criollas que tienen diferencias en el peso y en la precocidad.

La Autopista de la Serranías Puntanas fue la que condujo a un equipo de la revista El Campo hasta el establecimiento "El Porfiau", que los hermanos Ramiro y Pablo Amieva tienen a 4 kilómetros del centro de Fraga y a unos 60 al este de la ciudad capital. Allí un grupo de productores ovinos se reunió para escuchar a Agustín Nicolás y José Luis Roberi, dos veterinarios y docentes de la cátedra de producción ovina de la Universidad Nacional de La Pampa. Los catedráticos aseguraron que ayudan a los criadores de los animales que por excelencia producen lana, ya que desapareció la mano de obra calificada para trabajar en esas explotaciones. Según aseguró uno de ellos, el mundo comenzó a demandar la materia prima nuevamente para la industria textil. 

 

Era la segunda reunión desde que decidieron arrancar con un trabajo de características cooperativistas. Fue una jornada que duró alrededor de 8 horas en la que tuvieron  un almuerzo con empanadas de oveja, a la que le sumaron un cordero asado. Nicolás Y Roberi  conocieron a Pablo en un curso que los profes dieron en General Pico. Allí hablaban de las diferentes razas de perros pastores que pueden usarse.

 

Cuando Pablo comenzó a hablar con Agustín de la cría de ovejas le contó que él pertenecía en San Luis a un grupo que tenía la modalidad de los de Cambio Rural, pero sin serlo, y que necesitaban asesoramiento. “Lo primero que consulté es cómo veían la producción en la zona, a lo que Pablo respondió con muchas dudas. Al ver esa reacción y por nuestro gusto de viajar y conocer nuevas realidades, fue que decidimos venir y darles una mano con el asesoramiento técnico. Siempre tratamos de cumplir con la tarea de extensión universitaria para que el conocimiento se expanda”, contó el profesor pampeano, que no es la primera vez que visita San Luis aunque no conocía la zona de Fraga.

 

 

“Hasta la aparición de la fibra sintética, en la década del '60, había 80 mil cabezas ovinas. En poco tiempo pasaron a ser apenas 10 mil. Hoy hay una tendencia de volver a la lana". Agustín Nicolás, veterinario y profesor de la universidad nacional de la Pampa.

 

 

El especialista analizó y contó que uno de los “principales y mayores problemas que tiene la producción es la falta de mano de obra capacitada para manejar las ovejas. Incluso en la Patagonia, que tiene majadas más numerosas, hemos realizado trabajos de capacitación”, analizó el veterinario, quien recordó uno de los motivos por los que se ha perdido el oficio. “Éstas son producciones que, hasta la década del '60, teníamos en el país 80 millones de cabezas y que en pocos años solo quedaron 10 millones, producto de la baja en el precio de la lana, que era uno de los grandes propósitos en la producción de ovejas. Además, el resto de los países productores crecieron en la cría y mejoraron las tecnologías”.

 

Ahora se da el proceso inverso. “Cuando se dio el boom de la fibra sintética, la lana quedó relegada. Sin embargo, las textiles se dieron cuenta de que la lana tiene muchos beneficios, que hacen pensar que criar ovejas puede ser un muy buen recurso económico. China es uno de los compradores con buen poder adquisitivo y que paga 10 dólares una lana fina”, aseguró, y agregó que esa clase de productos no se hacen en nuestro país. Es un detalle que los hace pensar en volcarse a la cría de esos nuevos animales.

 

“La oveja fue el segundo animal que se domesticó. Es por eso que en todos los rincones de la Argentina se encuentran ovinos de diferentes razas. Además de la producción de fibra, la cual está cuantificada en un tercio de los animales que hay en el territorio, existen animales con fines carniceros y de producción de leche”, explicó sobre esos animales que tienen mucha lana para cortar en la historia productiva. Y más aún en San Luis.

 

Amieva hasta hace un año hacía recría de vacas lecheras de la raza Holando. Los terneros se los vendía a los distintos tambos, pero con el cambio en el precio del maíz se les hizo imposible seguir adelante. Así fue que en octubre de 2017 el productor compró dos majadas y se transformó en "ovejero". Una provino de la cabaña "La Herencia" y la otra, de un campo de Villa Valeria, en la vecina provincia de Córdoba. De la primera trajeron 43 madres y dos capones y de la otra, 16 madres, 50 por ciento Pampinta y 50 Hampshire Down. De ese total 13 ovejas murieron por cetosis, pero 53 parieron.

 

En cuanto al emprendimiento que los hermanos Amieva han empezado a hacer, el técnico, explicó: “En este caso son ovejas que tienen mucho potencial para la producción de carne, que con un buen macho podrán lograr buenos corderos, con animales muy bien adaptados a la zona. Ahora no tienen machos, pero está la posibilidad de realizar inseminaciones”, contó Nicolás, quien agregó que es un tema que trataron en la jornada para conocer las factibilidades.

 

“La realidad es que Pablo no quiere tener machos para poder estacionar bien los servicios. Nosotros somos criadores de ovejas y existe la posibilidad de alquilarle un carnero para que haga un repaso con las hembras”, dijo mientras paseaba por el corral y explicaba las diferencias entre las dos razas criollas, que basan en el peso y la precocidad, o sea la facilidad para alcanzar el peso ideal para la faena.

 

La cría de ovinos presenta particularidades en relación con otras producciones. "Solíamos tener un profesor de la vieja escuela que nos decía que las vacas se tienen, pero las ovejas realmente se crían. Y es que los carneros necesitan de mucha atención y son dependientes de las personas", analizó Nicolás, quien comentó que puede ser ése uno de los problemas en la producción de carne, lana o leche.

 

 

 

"Otro tema imprescindible a tratar es todo lo vinculado al manejo estacional de las pariciones. Hay ganaderos con pocas cabezas que gustan de tener corderos todo el año, sin embargo en esos casos es cuando necesitan ser más eficientes, ya que cuentan con menos recursos económicos", contó el profesor de la Universidad Nacional de La Pampa.

 

Como todo en la vida, hay inconvenientes pero también ventajas. "En la cría de borregos no sucede lo que con los vacunos. En épocas de crisis se venden y luego son difíciles de recuperar. Por eso muchos se vuelcan  a la cría de corderos, que resulta una alternativa barata y de fácil comercialización", contó el experimentado técnico. 

 

 

La gesta del grupo

 

Esteban Suárez Follari fue el que tuvo la idea de reunir a los productores diseminados por distintos puntos de la provincia. Él es agrónomo y de niño su familia tenía un campo en el que criaban ovejas. De aquella época ya no quedan nada más que los buenos recuerdos que el ingeniero atesora y que de alguna manera encontraron cobijo en el armado de un equipo que trabaja de manera mancomunada.

 

"Son productores que también hacen ganadería de vacunos. Dos de ellos están en cercanías de Fraga, otros trabajan en Charco de los Perros y en San Luis", contó uno de los organizadores, quien aseguró que todos se conocen y son amigos, pero su particular interés por la actividad hizo que los invitara a una jornada en Río Cuarto, donde se pusieron de acuerdo para armar un grupo que trabajará como lo hacen los de Cambio Rural.

 

"Todos los que forman parte toman la actividad con mucha responsabilidad. Para traer a los técnicos pusieron plata entre todos. La intención de todos es crecer en la producción ovina dentro de la provincia", aseguró, y contó que son ocho productores pero quieren sumar a más gente. 

 

"Ahora buscamos hacerlos visibles. Queremos participar de las ferias que organiza el Gobierno de San Luis y allí realizar degustaciones y mostrar cómo la carne de cordero es muy valorada en el mercado gastronómico", dijo en referencia a aquellos que hacen carne, aunque hay un criador, Juan Echaniz, que a través de un crédito de la Ley Ovina está por desarrollar un proyecto de tambo para la manufactura de quesos de oveja.

 

Ahora quieren ir por más y posiblemente a mediados de noviembre organicen una charla abierta para quienes estén interesados. "Otra de las ideas es hacer trabajos a campo de esquila y acondicionamiento de la lana para el desarrollo de esa actividad, que está en claro ascenso", contó Suárez Follari, quien se mostró muy interesado en la renovación del frigorífico en la Escuela Agraria de San Luis, que podrían usar para la faena con todas las de la ley.

 

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