Una defensa fundada en el temor y que atrasa medio siglo

La Universidad de La Punta (ULP) lanzó la posibilidad de estudiar 49 carreras online y de manera gratuita, con solo los exámenes finales como instancia presencial. Hay para elegir licenciaturas, tecnicaturas, posgrados, y diplomaturas. Los alumnos podrán seguir los cursos desde cualquier dispositivo, con todos los materiales disponibles. Siempre estarán guiados, porque habrá un acompañamiento docente permanente. Los títulos tendrán validez nacional gracias al convenio sellado entre la casa de estudios puntana y la Universidad Tres de Febrero de Buenos Aires.

Traducido en buen romance, emerge en San Luis una apuesta educativa única a la altura de los nuevos tiempos y en sintonía con una tendencia a nivel mundial: innovadora, de alcance masivo, ágil y que en épocas de prisa y recursos exiguos cuenta con la potencialidad de ayudar a muchos puntanos. La propuesta generó una expectativa descomunal, con más de 20 mil anotaciones registradas durante los primeros días de inscripción. Sin embargo, en la Universidad Nacional de San Luis (UNSL) prevalece el temor, un sentimiento patentizado en la intervención del rector Félix Nieto Quintas en la última sesión del Consejo Superior, en la que adelantó que analizan hacer una presentación para frenar el proyecto.

En sus justificaciones, el rector de la UNSL recurrió a consideraciones abstrusas de “intromisión” académica, en las que nunca se mencionó en definitiva lo más importante: qué es lo que le conviene al joven que decidió iniciar sus estudios terciarios. Nieto Quintas aseguró que “el instituto que se denomina Universidad de La Punta” ha hecho una propuesta que se solapa con las carreras que tiene la UNSL, y adelantó que la presentación apunta a que el gobierno nacional investigue “la posible vulneración” de las normas que rigen las ofertas de asignaturas que tienen las casas de estudios en el país.

Además apeló a otras “cuestiones técnicas y legales” que deben rastrear su fundamentación en reglamentos de la década del sesenta del siglo pasado. Señaló que “hay una resolución ministerial, que en realidad recoge un viejo decreto de Illia, que dice que el nombre de universidad está reservado para las instituciones que han sido oficialmente reconocidas por el Ministerio de Educación y eso ha sido recogido en un nuevo decreto presidencial, Resolución Nº 4600 de 2017”.

La Universidad Nacional de San Luis tiene un prestigio y credibilidad bien ganados como para aferrarse a una defensa que no sólo demuestra un dejo de egoísmo institucional sino que atrasa medio siglo.