Tras más de 16 horas de debate, la Cámara de Senadores votó en contra del proyecto que había aprobado Diputados para legalizar el aborto, con 38 votos negativos, 31 a favor, 2 abstenciones y un ausente.
No hubo sorpresas en la noche histórica en el Senado: como se pronosticaba en los últimos días, el proyecto que despenalizaba el aborto, que había sido aprobado por la Cámara de Diputados, fue rechazado en la Cámara alta. La votación terminó 38 a 31 contra la iniciativa, con dos abstenciones.
El Senado rechazó hoy el proyecto de legalización del aborto, luego de una sesión de más de 16 horas, en la que no hubo margen para avanzar con una iniciativa intermedia que evitara que el tema caiga hasta el año próximo.
De todos modos, la división que causó el debate generó en ambos bandos legislativos la idea de que la discusión y el tema están lejos de desaparecer. Y ayer mismo comenzaron a circular varias alternativas para volver a hablar de la despenalización del aborto en poco tiempo.
Tras la votación, los militantes "celestes" celebraron y la gran mayoría de los "verdes", con la tristeza de no haber logrado torcer la historia, se desconcentraron sin problemas. De todos modos, un grupo de militantes generó incidentes en los alrededores del Congreso: le arrojaron piedras y palos a los miembros y móviles de la Guardia de Infantería de la Policía de la Ciudad, a pesar de los desesperados intentos de la mayoría que buscaba calmar los ánimos.
La Policía respondió con gases lacrimógenos, en medio de las corridas. Pasadas las 3 de la mañana se escucharon disparos y hubo varias detenciones.
La sesión
La votación resultó exactamente como se pronosticó: 38 votos en contra, 31 a favor. El santafesino Omar Perotti y la neuquina Lucila Crexell se abstuvieron, y la única ausente al momento de votar fue la puntana María Eugenia Catalfamo, de licencia por embarazo.
Los senadores a favor de la legalización de la interrupción voluntaria del embarazo bajaron al recinto ya resignados a una probable derrota. En ese contexto, se barajó la opción de votar, luego del rechazo, un proyecto alternativo de despenalización, como impulsaban Crexell y Perotti. Pero esa posibilidad fue descartada desde muy temprano por quienes respaldaron la legalización.
"No creo que haya margen para otra cosa, me parece que vamos a matar o morir. Que cada uno se haga cargo de lo que vota", expresó un senador de Cambiemos a favor de la legalización.
Todos los discursos ofrecieron conceptos similares: los que rechazaron la legalización insistieron en que era inconstitucional y violatoria de los tratados internacionales a los que
suscribió la Argentina; los senadores a favor remarcaron que es un problema de "salud pública" y que la discusión "no es aborto sí o aborto no, sino aborto legal o clandestino".
El concepto general que quedó flotando es que el debate sobre el aborto ya está instalado en la sociedad y que el Congreso deberá volver a abordarlo en algún momento, desde un enfoque u otro.
Miguel Ángel Pichetto, jefe del Bloque Justicialista, definió el tema como "un debate estructural que tiene que ver con la Argentina moderna o con la Argentina del atraso", y criticó a las "estructuras dominantes y viejas que permanecen siempre en posiciones totalmente retrógradas en la Argentina, como ha sido el comportamiento de la Iglesia Católica".
Tras asumir que el resultado ya estaba cantado, concluyó: "El 'no' va a ganar esta noche, pero el futuro no les pertenece".
Cristina Kirchner, que votó a favor, aseguró que su cambio de opinión frente a la legalización del aborto no fue por su hija Florencia, sino por "las jóvenes que salieron a la calle", y pidió "escuchar más que a una cuestión de género a una cuestión generacional".
"Si yo tuviera la certeza de que rechazando la media sanción no hay más abortos, no tendría ninguna duda en levantar la mano. El problema es que este cuerpo va a rechazar y van a seguir produciéndose los abortos", agregó.
El cierre estuvo a cargo del jefe del interbloque de Cambiemos, Luis Naidenoff, a favor de la legalización, y la principal exponente del rechazo en esa bancada, Silvia Elías de Pérez, de Tucumán.
La tucumana señaló: "Durante estos meses se ha denostado a los que profesamos la fe católica como nunca en la Argentina. Quiero desagraviar al pueblo católico, al pueblo evangélico, que al salir a manifestarse en contra han sido criticados y vapuleados".
Naidenoff cuestionó a quienes se opusieron al proyecto. "El rechazo liso y llano de la ley es mirar al costado. Clandestinidad, negocio, oscurantismo y doble moral".
Por último dijo: "Me quiero dirigir al colectivo de mujeres y a los miles de jóvenes que están bancando, y especialmente a los jóvenes de mi partido. Este es un primer paso. Más allá del resultado, nada está perdido, es solo cuestión de tiempo".
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