Recorre el mundo caminando y concientiza sobre el sida

Marcelo Monti es brasileño, misionero de la Orden de los Fraile Menores Capuchinos, y hace 140 días que emprendió desde Porto Alegre un viaje que tiene como fin recorrer todo el mundo a pie, con dos mensajes muy especiales: encontrar una nueva forma de vida y concientizar sobre el VIH con su proyecto al que denominó “Camino de Aline”, en homenaje a su hermana que falleció por esa enfermedad en el 2008. Desde el 28 de agosto del año pasado hasta ahora lleva recorriendo casi 2.200 kilómetros, y la idea es hacer 90 mil en una década, caminar por los 5 continentes y conocer casi 70 países.

Hace diez años a Marcelo y a su familia les tocó vivir una de las etapas más tristes, cuando Aline, su hermana de 28 años, falleció a causa de sida. “Eso marcó mi vida y la forma de ver las cosas. Ella dejó  tres niños y en su momento no se hizo tratar porque tenía vergüenza de llevar esa etiqueta ante los prejuicios y la mirada de la gente”, recordó.

Desde entonces para él, a través de "Camino de Aline", la idea es que la vida de su hermana siga haciendo su camino en todos los que luchan contra esos prejuicios, y tomó la iniciativa de concientizar sobre la protección del VIH durante su recorrido. “En cualquier parte del mundo puede haber un 'Camino de Aline', o el Camino de María o de Juan. El objetivo es hablar con aquellas personas para que se hagan tratar y pierdan esa vergüenza”, consideró el capuchino.

Mientras comía milanesas con tortilla de papas en la casa de una familia que lo hospedó por algunas horas para que pueda descansar, el hombre de cuarenta años confesó que haber hecho este viaje caminando le dio la oportunidad de relacionarse con más personas y de conocer lugares que quizás yendo en otro medio de transporte no hubiera visto.

“Salí con lo más humano que tengo y sé que es posible hacerlo. Quería vivir mi vida de otra manera y hago esto para escuchar y sentir a la gente. En mi experiencia religiosa hice varias caminatas, esas aventuras para mí eran como salir de mi mundo, para darle más sentido a las cosas importantes. Y en este viaje decidí tomar ese conocimiento, para reinventarme cada día y conocer  nuevos horizontes”, comentó.

El fraile recorrió varios pueblos de Uruguay, luego desembarcó en Gualeguaychú y continuó por Rosario, Santa Fe y Córdoba. Llegó a San Luis hace dos días y su primera parada fue Juan Jorba, tras pasar por Río Cuarto. El martes llegó a Villa Mercedes, el miércoles iba a caminar hasta Fraga, hasta llegar a la capital y después seguir su viaje a Mendoza. “Cada día que pasa es una familia distinta, una cama diferente y un nuevo lugar que voy conociendo. Esto es lo más lindo y motivador de este viaje”, confesó.

Para el franciscano, la manera de crear un cambio profundo en la vida es que pasen entre siete y diez años, por eso creó un recorrido de 90 mil kilómetros. “En total voy a tardar una década en volver a mi casa”, aseguró el muchacho, que lleva con él un triciclo liviano con ropa de invierno y verano, unos utensilios para cocinar y algunos libros. Y está cubierto con un paño rojo, con el logo del proyecto que tiene dibujado un mundo rodeado de una cinta de color roja, y en el frente resalta el contador de días y kilómetros recorridos.

Al salir de Argentina, Marcelo visitará Chile, Bolivia, Perú y calcula que en enero del 2020 estará en Ecuador. “Después voy a llegar a Canadá y allí tomaré un vuelo hasta África”, adelantó.

El caminante comentó que las personas que se quieran poner en contacto con él, pueden escribirle en la página oficial del proyecto, que está en Instagram y Facebook, y se llama "Caminho de Aline". "Mucha gente me escribe mensajes, otras se suman a la caminata y hacemos varios kilómetros de charla", contó emocionado el muchacho.