Alumnos del Instituto Santa Catalina aprenden a bucear con un fin solidario

Con patas de rana, gorros y la malla de la institución, los alumnos de sexto grado del Instituto Santa Catalina se prepararon ayer para disfrutar de una clase de buceo con fin solidario. Para el bautismo como buzos, debieron aportar pañales que serán entregados a la Fundación Grávida de la ciudad de San Luis.

Mónica Martí, directora del instituto, comentó que profesores del Club de Buceo San Luis fueron los encargados de enseñarles a los chicos  técnicas básicas para ingresar al agua. Además precisó que este es el segundo año que llevan adelante esta iniciativa y que forma parte del desarrollo integral. A partir de sala de dos, los alumnos tienen un primer contacto con el agua y en sexto culminan con clases de buceo. 

La directora explicó que la actividad siempre tiene un fin solidario y que el año pasado donaron juguetes a escuelas rurales. "Este  año se nos ocurrió llamar a la fundación que trabaja con mamás y bebés en riesgo. Preguntamos qué necesitaban y nos pidieron pañales, todos sabemos lo costoso que resulta hoy obtenerlos", dijo Martí y agregó que hace 37 años que el establecimiento cuenta con el natatorio.

Agustín Berridy, monitor nacional de buceo, precisó que las clases duraron una hora y estuvieron divididas en dos grupos, para que todos tuvieran la oportunidad de aprender a respirar con tubos de aire comprimido, observar debajo del agua, mantener la respiración e inflar los chalecos salvavidas. "Los ejercicios acuáticos son lo que hoy dan salud y la natación es muy beneficiosa para los más jóvenes sobre todo", destacó.

Berridy expresó que para aprender a bucear es fundamental que sepan nadar. "Una vez que ya están en condiciones se les explica la manera correcta de la utilización de la máscara, las patas de rana y como desplazarse con el equipo. Lo importante es tenerle respeto al agua", manifestó y especificó que uno de los ejercicios que hicieron fue dejar los instrumentos en el fondo de la pileta, para luego recuperarlos.

Destacó que los principiantes en el Club de Buceo San Luis tienen tres clases semanales: dos de ellas teóricas que se dan en el Velódromo Provincial; y una práctica en la pileta de Toribio Mendoza. "Una vez concluida esa parte finalmente se los lleva a La Florida, donde se sumergen a  seis metros de profundidad. En la pileta están un mes con el tubo de 150 kilos, lo que representa 1.500 litros", aseguró  el instructor nacional y especificó que si el alumno está nervioso el oxígeno le durará unos 20 minutos, pero si en cambio va tranquilo puede alargarse hasta los 45'. "Los chicos del instituto que quieran continuar con su entrenamiento lo podrán hacer, ya tienen las primeras  herramientas básicas", destacó Berridy. 

María Rosa Gutiérrez, integrante de la Fundación Grávida, precisó que trabajan con talleres de gestación y crianza con mamás que están en riesgo de sufrir un aborto. "La mayoría son jóvenes que tienen entre 17 y 18 años, que por ahí están solas, asustadas y oprimidas. Nosotros las acompañamos y contenemos. Además les enseñamos que existe otra salida", señaló. Aseguró estar contenta con la donación que hizo el "Santa Catalina", porque en los cursos se les entrega pañales a las mujeres.

Gutiérrez dijo que otro de los puntos en los cuales hacen hincapié es en el vínculo entre el bebé y la mamá. También precisó que se encuentran  en las parroquias de Fátima, Nuestra Señora del Valle y Nuestra Señora de la Paz, ubicada en la ciudad de La Punta.