Los centros de San Luis, a la vanguardia de la detección temprana

En San Luis hay cuatro centros sanitarios que poseen mamógrafos de última generación: la Maternidad "Teresita Baigorria", el Hospital San Luis, el "Juan D. Perón" de Villa Mercedes y el hospital "Madre Catalina Rodríguez" de Merlo. 

Son mamógrafos con tomosíntesis, que permiten evaluar mamas de mayor densidad. Uno común puede enmascarar una lesión maligna. "Este estudio nos permite ver la imagen en 3D y así podemos evaluarlo mejor y llegar a un diagnóstico más temprano de esta enfermedad", explicó la   jefa del Servicio de Patología Mamaria del Hospital San Luis, María Inés Ruiz. 

La especialista advirtió que la forma de prevenir esta enfermedad es por medio de ese estudio en el que se ven imágenes que no son clínicamente diagnosticadas. "Por medio de esto, se pueden ver nódulos muy pequeños, menores de 5 milímetros, y también microcalcificaciones -depósitos de calcio de mayor densidad- que se pueden evaluar. Generalmente la mujer asiste cuando se palpa un nódulo y en algunos casos ya es tarde, por eso insistimos en que la prevención se hace con un diagnóstico precoz con una mamografía anual. Deben tomar conciencia que para prevenir esta enfermedad se tienen que hacer este estudio o una ecografía mamaria, según la edad", recalcó. 

Aclaró que la compresión del mamógrafo dura unos segundos "porque muchas pacientes tienen miedo a que les duela".

La doctora Cecilia Castillo, médica ginecóloga y especialista en patología mamaria de la Maternidad Provincial, confirmó que en lo que va del año diagnosticaron alrededor de 40 casos de cáncer de mama. "Es la causa de mortalidad por cáncer más frecuente en la mujer. Tiene un origen multifactorial. La mayoría de los casos son esporádicos, es decir que no responden a un factor genético o hereditario, una minoría de estos casos si los son. Solo un 15 por ciento responde a un origen genético, mutaciones o antecedentes familiares", explicó. 

Ruiz aseguró que actualmente la incidencia de cáncer de mama aumentó considerablemente y ya no respeta la edad. "Tenemos pacientes de 28 y 30 años que transitan esta enfermedad", indicó. 

Entre los factores que influyen en el desarrollo de esta patología consideró que el estrés es uno de los más importantes. "Creo que el estrés que estamos viviendo ha aumentado la incidencia, sobre todo cuando interrogamos a las pacientes, nos expresan haber sufrido alguna situación traumática a la que se la puede asociar. La alimentación juega un papel importante, como así también el medio ambiente, por eso es muy importante llevar una vida saludable, hacer deportes y una dieta baja en grasas. Por otra parte, es fundamental evaluar el uso de anticonceptivos y los tratamientos de fertilización donde hay un aumento de hormonas en el organismo que puede influir y afectar esta enfermedad", argumentó Ruíz.