Mirengo: "La industria vive uno de sus peores momentos"
Dijo que desde abril del 2018 el sector en San Luis tuvo una caída permanente por las políticas de Macri.
San Luis atraviesa una etapa de incertidumbre desde el punto de vista industrial. Por la crisis económica que generó la gestión del expresidente Mauricio Macri, se evidencia una caída sostenida en el tiempo, desde abril de 2018. El presidente de la Cámara de Industria puntana, Eduardo Mirengo, aseguró en declaraciones a El Diario de la República que se trata de “uno de los peores momentos del sector en la historia reciente”, solo superado por la crisis del 2001.
Según explicó, durante los dos primeros años del gobierno de Macri los empresarios industriales estimaron que se materializaría un “reordenamiento” en las estadísticas, sin embargo la realidad mostró una serie de problemas que generaron una merma en la demanda y en el poder adquisitivo, que derivó en un retroceso general e impactó de lleno en el sector.
“Se evidenció una caída permanente; desde abril de 2018 es ininterrumpida y vemos resultados catastróficos, empresas que tuvieron que cerrar sus puertas, que recurrieron al despido de empleados o que disminuyeron su producción, entre otras medidas”, expresó.
De acuerdo a sus referencias, actualmente San Luis tiene una utilización de la capacidad instalada de alrededor del 50%, cuando en otras épocas oscilaba el 67%. Este parámetro es fundamental para comprender las dificultades de crecimiento, se trata del potencial de producción que una empresa puede lograr en un período determinado, teniendo en cuenta los recursos disponibles.
En líneas generales toda la provincia sufrió el impacto. Si bien hay excepciones, como por ejemplo la diversidad de rubros que posee Villa Mercedes, que le permitió experimentar menores dificultades, lo concreto es que el saldo no es positivo.
Por el momento no hay indicadores oficiales que den un panorama sobre la cantidad de empresas que cerraron en la provincia. Un ejemplo es la fábrica Ledesma, que era la única que producía papel encapado en el país, quebró y 70 operarios quedaron sin trabajo, la mayoría de ellos con 35 años de antigüedad, dado que se desempeñaban desde la época de Brillapel, firma que hace 11 años había comprado Ledesma.
El mismo destino tuvo Cidal, una sociedad de capitales nacionales que fabricaba productos de látex; 65 empleados quedaron sin trabajo. A su vez, Remolques San Luis S.A. cerró y despidió a 24 obreros. Beltrán (ex Dánica) tuvo que recurrir al recorte de 30 operarios, Arcor despidió a 42 trabajadores y Bagley adelantó las vacaciones como consecuencia del sobre stock.
“Estamos en una fuerte caída del sector, sin financiamiento, estamos ahogados financieramente, siguen las tasas altas y se hace imposible que cualquier empresa pueda seguir trabajando”, expresó Mirengo.
Señaló que las más perjudicadas fueron las pymes porque no cuentan con una “espalda suficiente” para el financiamiento. Desde este indicador, precisó que se debe alcanzar confianza en inversores, para repuntar el sector.
“Actualmente nadie en su sano juicio podría disponer su dinero en un nuevo negocio porque tiene el 75% de las probabilidades de que salga mal, tenemos que revertir eso y la forma es la creación de certidumbre”, manifestó. Para él, las claves se centran en la disminución de las tasas y el reordenamiento del esquema de los juicios laborales.
“Hay que convencer a los accionistas de que si apuestan e invierten en San Luis, no perderán y servirá para que haya trabajo”, concluyó.
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