Mascotas y personas con autismo están entre los más perjudicados

Los especialistas sostienen que en las Fiestas son las mascotas domésticas, como perros y gatos, y aquellas personas que padecen autismo quienes más sufren las consecuencias de los ruidos que ocasiona la pirotecnia. En ambos casos, la sensibilidad auditiva es alta, por lo que los ruidos muy fuertes generan conductas disruptivas que pueden poner en riesgo su vida. Aseguran que es muy importante tomar conciencia de lo dañino que puede ser su uso. 

El veterinario Agustín González, quien trabaja en un comercio dedicado al rubro en Justo Daract al 1600 de la ciudad de San Luis, confirmó que en esta época del año son muchas las consultas para conocer qué se puede hacer para evitar el sufrimiento de los animales. "Es muy común que las mascotas entren en pánico, ya que no comprenden lo que sucede y, si a eso le sumamos la sensibilidad auditiva que las caracteriza, se convierte en un combo explosivo que se manifiesta con taquicardia, agitación, comportamientos agresivos o extraños que pueden hacer que se lastimen si no están en un lugar seguro. Además, los que padezcan cardiopatías pueden encontrar la muerte en esas noches de festejo", destacó González. 

Aabrazo simulado: el sistema Tellington comprende unas bandas de tela para rodear a las mascotas y simular el calor de un abrazo. González aseguró que es una herramienta que ayuda a cal-marlos de los fuegos artificiales.  

 

Hay diferentes estrategias para evitar el padecimiento de los animales, aunque González destacó que lo ideal es que no se usen fuegos artificiales muy estruendosos. "En primer lugar es importante que el animal permanezca dentro de la casa. No en el patio o en el jardín, en alguna habitación en la que haya una luz tenue y en la que se pueda poner música suave a un volumen elevado, que supere los ruidos del exterior", comentó, y agregó que también es importante acariciarlos y hablarles en un tono suave.     

"En el caso de los gatos se usan feromonas, que son olores específicos que ayudan a tranquilizarlos, o música de ronroneo. Asimismo, vienen unas vendas que se ponen alrededor del cuerpo y que funcionan como un abrazo que brinda contención al animal", detalló González, quien destacó la importancia de estar pendiente de dónde están y lo que hacen para poder auxiliarlos en caso que haga falta.  

El método más tradicional son los tranquilizantes, que según el profesional deben estar recetados por un médico veterinario. "Existe una diversidad de calmantes que son aptos para animales, pero siempre deben ser consumidos de manera controlada ya que pueden causar efectos secundarios desagradables. Además, recomendamos probar la medicación antes de las Fiestas para conocer la reacción del animal", informó.

Las personas con TEA (Trastorno del Espectro Autista) también son víctimas de los ruidos molestos. Según una de las integrantes del Subprograma Maternidad e Infancia del Ministerio de Salud, María Pía Fassero, quienes sufren dificultades en el proceso sensorial tienen una repuesta diferente a los estímulos visuales y auditivos. "Los ruidos fuertes son percibidos por las personas con TEA con una gran intensidad, muy superior a quienes no padecen ese trastorno. Eso genera un malestar que puede traer conductas tales como taparse los oídos, gritar de manera desaforada o romper en llanto", explicó la especialista, quien destacó la importancia de no exponerlos a los sonidos de los fuegos artificiales. 

"Apelamos a que la sociedad tome conciencia de las dificultades que trae la pirotecnia y que se sume a la prohibición de los fuegos artificiales", concluyó para que, a pesar de la normativa restrictiva, la gente lo tome realmente como un hábito.