El orgullo de ser un All Black
El hooker, que fue figura de la selección neozelandesa, repasa la cultura deportiva de un equipo selecto. Además habla de la organización del rugby argentino, del de San Luis y prioriza a su familia por sobre todas las cosas.
Keven Mealamu es uno de los privilegiados hombres que vistió de negro en el selecto planeta All Blacks del rugby. Pronto a cumplir 40 años, y aunque haya dejado la competencia oficial, el implacable hooker, que en su posición está entre los mejores de la historia, lleva a todas partes el ADN del más reconocido equipo del universo.
“Es difícil ser un All Black. En los últimos años hubo pocos, y en toda la historia mil doscientos All Blacks en 100 años. Siempre supe que la oportunidad era muy chica, desde que era niño conocí el rugby y a lo largo de toda mi carrera deportiva las palabras más conocidas eran sacrificio y dedicación. A través de esas dos cosas alcancé los objetivos y supe que concretaría los sueños”, sentencia el áspero rugbier de 1,81 metro y 112 kilos, que hoy enseña la esencia del juego para la Academia de Rugby de Auckland.
Mealamu visitó San Luis en 2018 y se instaló durante dos semanas en el Campus Abierto de la Universidad de La Punta para guiar a 150 jugadores juveniles, que llegaron de distintos puntos del país y Sudamérica.
En su carrera deportiva, el hooker ganó dos Copas del Mundo (2011 y 2015) y es uno de los tres All Blacks que superó los 100 test match (jugó 132 partidos).
Simpático, sereno y contundente, Keven dialogó con Cooltura y dejó su selllo.
Un All Black en La Punta.
—¿Quién es Mealamu?
—Soy un hombre de familia, para mí la familia es lo más importante. Estoy casado hace 15 años y tengo dos hijos. Lo más importante es cuidar la relación familiar.
—¿Cuál ha sido tu receta para alcanzar el éxito, o fue sólo talento?
—Tuve un gran maestro que usaba la frase: “Mejores personas hacen mejores jugadores”. Esa es una de las cosas que quedó siempre marcada para los All Blacks, vengo de una comunidad pequeña en la que todos nos conocemos, los afectos nos ayudan a tener los pies en la tierra.
—¿Cómo ves el rugby argentino, notás que hay una evolución?
—Veo el progreso a pasos agigantados. Se los ve en el Super Rugby, pero Argentina no es profesional en el rugby, en cambio otras naciones sí. Veo lugares de alto rendimiento como este que tienen en San Luis, y trabajando en alto rendimiento llegará el profesionalismo. Pero llevará mucho tiempo, no es de un día para el otro. Antes de Jaguares, los argentinos internacionales jugaban afuera, en otros países, no juntos, y era difícil, ahora vemos la cantidad de jugadores argentinos a seleccionar, hay un camino para triunfar sin la necesidad de irse. Después y en mundiales, ya hemos visto cómo Japón le ganó a Sudáfrica, uno de los países más grandes del mundo del rugby; quiere decir que se puede, pero lleva mucho tiempo y mucho trabajo.
—¿El camino son estas academias donde trabajás, con el inicio de los niños?
—Este es uno de los caminos, pero este es un camino para encontrar la pasión; los chicos no sólo aprenden, se apasionan por el rugby, se enloquecen, el rugby es un vehículo, pero esto lo que genera es la pasión por el rugby. Eso es lo primero para luego crecer en el deporte. Primero hay que apasionarse.
No sólo es importante para los chicos que vienen a aprender, para nosotros es importantísimo venir y aprender de la cultura de ustedes.
—¿Cuál es el proceso de enseñanza del rugby en Nueva Zelanda?
—Para los neozelandeses nuestra forma de enseñar es aprendiendo, ver cómo la gente hace las cosas, ver y aprender. Acá aprendemos también…
—Un detalle marca que los All Blacks terminan de jugar, de ducharse, y limpian el baño para que quede impecable y luego lo puedan usar las divisiones menores. Y así todos, sea una figura o un joven. Es difícil imaginarse a la Selección Argentina de Fútbol haciendo lo mismo.
—Es algo que no lo vemos especial, es normal. No conozco cómo se maneja la Selección Argentina, para nosotros es parte de una cultura, lo hacemos porque nos enseñaron de chicos, de la familia lo tomamos, familias humildes pero con valores que traemos arraigados de niños. Es algo normal, es lo que entendemos que debe ser.
Keven, consejos para los más chicos.
—¿Qué es ser All Blacks?
—Tenemos muy presentes que no vamos a ser All Blacks siempre, pero pensamos que siempre debemos marcar el camino y proyectamos cómo queremos que sean las futuras generaciones de All Blacks, qué deben hacer y cómo deben hacerlo. Sentimos la responsabilidad enorme de estar en un lugar donde todo neozelandés quisiera estar y debemos ser un ejemplo. No somos perfectos, pero nos esforzamos porque queremos ser los mejores jugadores y dar el ejemplo como personas.
—¿La importancia del rugby está en lo grupal, todos y no uno?
—Te das cuenta cuando un equipo es especial. No hablamos de 15 jugadores, hablamos de 30, de los que entran, de los que van al banco, de los managers del equipo, de los masajistas… todos cumplen una función. Para llegar a lo más alto todos deben trabajar en sintonía y todos son igual de importantes. Somos híper competitivos, todos queremos estar entre los 15, pero a la vez nos apoyamos unos a otros. Cada uno en su máximo nivel para dar lo mejor y al máximo.
—Para triunfar ¿cuánto hay de pasión, cuánto de talento y cuánto de entrenamiento?
—Los porcentajes deben ser iguales, el pastel partido en partes equivalentes. Entrenar duro, jugar con mucha pasión, sacrificarte, y saber que la familia y los afectos son lo necesario para ser feliz. Si no sos feliz como persona, no podés triunfar como jugador de rugby. Para estar bien adentro de una cancha hay que estar bien afuera. Todas esas partes balanceadas.
—¿Hay mucho de sacrificio?
—No estuve en cumpleaños, casamientos… no pude estar con mi familia en lugares importantes; mi familia se sacrificaba mientras yo hacía lo que siempre soñé… era un All Black. Ahora le devuelvo ese tiempo a la familia. Ellos se sacrificaron.
—¿Qué te sorprende?
—Me sigo sorprendiendo cuando veo a los chicos que encuentran la pasión. Hoy hay mucha confusión, muchas cosas que no permiten ver lo correcto. Para ser lo que querés ser, hay que darlo todo, después si llegás o no es otro camino. Tranquilidad y orgullo dándolo todo, que al final el tanque esté vacío, eso da tranquilidad.
—¿Resulta extraño ver tan tranquilo al criminal placador Mealamu?
—Es uno de los principios del rugby, cruzás la línea y dejás todo por tu equipo, das la vida por tus compañeros. Dentro de la cancha podés dejar todo, chocar, enfrentarte a un rival de una manera vehemente. Afuera sos mi amigo. Cada uno hace lo mismo por su equipo, con lealtad y dignidad.
—¿Cuál es el sentir por el haka, el ritual que hacen previo a cada partido?
—Es orgullo, fuerza y unidad. Eso representa.
—¿Recordás cuál fue tu mejor partido?
—Hay muchos, jugué tantos… el test que más recuerdo no es uno que haya jugado bien, sino que cuando terminó estaban mi familia, vecinos y amigos en la platea mirándome. Fue en el Eden Park, todos aplaudiéndome delante de mi familia. Ese recuerdo es para toda la vida. Muchas veces buscaba la respuesta de qué es lo mejor, vi un video de la Copa 2011 y después de la final, tras el partido que ganamos en el último instante, ves la cara de sufrimiento, después la alegría de la gente, y en ese momento encuentro la respuesta… lo más lindo es regalarle alegría a la gente. Cuando estás jugando, estás muy metido en tu nación, en lo mejor para tu equipo y en la alegría que le podés dar a tanta gente junta, eso es lo mejor de ser All Black.
—¿Aquel Keven niño, logró sus sueños?
—Keven niño logró lo que soñaba, lo pudo tener todo y concretó los sueños. Sabía desde que era chico que quería ser un All Black, y lo alcanzó.
Melamu se fue de San Luis alabando la obra del gobierno provincial en el escenario natural y deportivo del Campus de la ULP: “Este lugar es maravilloso, me encanta… cuando llegué era de noche, lo primero que hice fue dar una vuelta, recorrerlo… quedé impresionado, es un privilegio poder venir a este lugar”.
Keven aterrizó y aquí le ofrecieron el mejor hotel y la elección de las comidas que deseaba. Mealamu resolvió su estadía preguntando… ¿Dónde están los jóvenes de la Academia?... y antes que le respondan, dijo sobre sus pretensiones: “Ahí donde estén los jugadores estaré, ahí voy a dormir y comeré lo que ellos coman”. Keven Mealamu, un número 1, de los que predican con el ejemplo.


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