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“Pensé que no iba a poder con esta novela”

Después del rotundo éxito de “Abzurdah”, su primer libro convertido en película, la autora se deshace de las cicatrices que le dejó una reciente relación con “Adiós”. Además de las repercusiones del libro, le contó a “Cooltura” cómo un cambio en la alimentación y la escritura la llevaron a sanar.

Por Noelia Barroso
| 09 de septiembre de 2019

Tres años le llevó a Cielo Latini gestar “Adiós”, después de hacer, deshacer palabras, dejar la piel y volcar cientos de lágrimas en sus páginas, la autora disfruta de este presente y lo compara con el éxito de su primer libro. Con los primeros seis mil ejemplares agotados en una semana y en el podio de los más leídos del país, la autora prepara una gira por el país y el exterior. Además, le adelantó a “Cooltura” que está en tratativas para realizar una serie en Netflix.

 

—Cuando salió ‘Adiós’ escribiste en Twitter que era el más amado de tus tres libros, ¿por qué lo sentís así?

 

—‘Adiós’ es mi libro favorito. Cuando escribí "Abzurdah" tenía veintiún años, ahora con treinta y cinco creo que soy una escritora más madura, que he crecido mucho como persona. Creo que tengo otra entereza, otra personalidad y que soy más grande. Me gustó muchísimo escribir esta novela, me hizo muy bien. Pude sacarme un montón de fantasmas que tenía dando vueltas y le pude dar voz a este personaje, Helena, que es una chica medio desamparada, un tanto débil que le toca vivir una historia que no es de amor, que termina siendo de obsesión, de violencia. Es una historia que me gusta muchísimo haber contado porque hay personas que se identificaron con este personaje, hay cantidad de mujeres que están pasando por mucha violencia y me parecía que era una novela importante para ser leída, por eso es mi preferida.

 

—¿Cómo viviste el proceso de escritura?

 

—Me ayudó muchísimo. Me tomó tres años des de que empecé a escribirla hasta que llegó a las librerías. Me costó porque es una novela muy fuerte, lloré mucho escribiéndola, me arrepentí de escribirla varias veces en el camino, pensé que era demasiado para mí, que no iba a poder. También tenía un poco de miedo salir con una historia tan fuerte pero finalmente el apoyo de los lectores y lectoras me dio lo que me faltaba. Esa alegría.

 

 


"Si puedo ayudar a una sola mujer yo ya soy feliz y lo considero un éxito".

 

 

—¿Sentís que también puede ayudar a otras mujeres en esa situación?

 

—Yo crecí mucho escribiendo esta novela, cuando empecé a escribirla ya no era la misma persona que soy ahora, definitivamente. Saber que está ayudando a que algunas mujeres puedan alzar la voz, puedan denunciar, hablar y salirse de una relación de trauma, de vinculación traumática, para mí es fantástico. Si puedo ayudar a una sola mujer yo ya soy feliz y lo considero un éxito.

 

—Sos muy activa en Instagram e incluso publicás las historias de tus seguidores…

 

—Sí, hay un feedback permanente que me gusta mantener porque está buenísimo. Siempre que leo un libro me gustaría hablar con el autor, o cuando veo una película hablar con el director. Creo que es algo lindo que se está dando con los lectores. Empezó una chica mandando la tapa en Instagram y me pareció muy divertido, lo subí y se creó una bola de nieve. A mí me hace muy feliz porque voy viendo en qué situaciones están leyendo la novela, algunas tomando el té, otras en el bondi o en la cama. Está muy bueno eso.

 

—La primera semana fue el más leído, ¿cómo sentiste esa repercusión?

 

—Estoy muy sorprendida. Llevaba una semana y media en las vidrieras cuando se agotó la primera edición de seis mil ejemplares. Estoy muy contenta con la repercusión, me llegan muchísimos mensajes de amor, de cariño, de que me bancan. Explotaron las redes y es una alegría enorme e impensada.

 

—¿Cómo organizaste el tour de presentación?

 

—Me voy a Perú en febrero, después a Uruguay, México, Chile pero lo más cercano es ir a las provincias que me reciban. Aún no tengo claro cuáles pero tengo muchas ganas de recorrer todo lo que pueda la Argentina para abrazarme con mis lectores, para firmar libros, sacarnos fotos, lo que tengan ganas de hacer y charlar sobre estos temas que son tan importantes.

 

—¿Está San Luis en la agenda?

 

—No conozco y me muero por conocerlo. De hecho en las estadísticas de Instagram, una de las ciudades que más me sigue y donde la gente más me lee es San Luis. Es una parada obligada para el tour. Amaría pasar por San Luis, vi que es una belleza pero solo por fotos. Voy a tener que ir definitivamente.

 

—¿Todavía te escriben para pedirte consejos como cuando tenías el blog?

 

—El blog murió hace como 25 años más o menos (risas). Pero sí me llegan agradecimientos. Me escriben mucho para decirme que se sintieron identificadas con ‘Abzurdah’, también con ‘Adiós’. Todos los días recibo muchísimos mensajes, no tanto pidiendo ayuda porque se entendió que yo escribo, soy autora, no soy psicóloga ni médica ni nada por el estilo. Simplemente me interesa contar mi experiencia de las cosas para darle una perspectiva a la gente que me lee.

 

 


 

 

—También sos mamá, ¿en qué momentos escribías?

 

—Sí, soy mamá de dos niñas que van al colegio ocho horas así que en esas horitas primero intentaba descansar lo más posible y como a las 10 de la mañana me ponía a escribir hasta las cuatro de la tarde. Escribía seis horas y después ya podía dedicar el resto de mi día a mis hijas que son lo más importante que tengo en el mundo, por supuesto. Pude encontrar ahí una rutina que funcionó bastante bien entre el cuidado de las niñas y el de mi novela. Las nenas ya están más grandes, tienen ocho y diez años. Si volvían del colegio y yo no había terminado les decía que no les iba a dar mucha bola durante un rato más y ellas no tenían ningún problema. Me ayudaron muchísimo y mi familia también. Estuve muy apoyada.

 

—Cuando escribiste ‘Chubasco’ eran aún más chicas…

 

—Sí, fue en 2010. Fue un lío escribir esa novela, ‘Coco’ estaba recién nacida y ‘Chini’ tenía un año y medio, fue tremendo. Pero ahora están más grandes, son niñas muy sensatas y ayudan muchísimo, son lo más.

 

—¿Sentís que estás viviendo algo similar al éxito de ‘Abzurdah’?

 

—Cuando escribí ese libro yo era una chiquita de veinte años. Cuando se publicó fue un furor y la primera edición también se agotó en una semana, yo no entendía nada pero la verdad es que el amor de la gente me elevó. ‘Abzurdah’ me llevó a conocer toda Latinoamérica, fue un boom espectacular. Incluso después de muchos años cuando ya había bajado la marea, volvió a subir por la película que a mí me gustó un montón. Fue un poco difícil verme tan reflejada, sentarme en un cine y ver mi vida ahí fue muy raro. Pero estoy muy contenta con el resultado de la película y no suele pasar eso. Ahora la novedad es que estamos en tratativas para hacer la serie de ‘Adiós’ para Netflix y no puedo decir más. Así que estoy chocha.

 

—¿Cómo ves a la mujer en la sociedad argentina actual?

 

—Yo creo que se están dando pasos muy grandes pero falta mucho todavía. Me he encontrado con comentarios medio raros, con gente que aún no entiende muy bien que la violencia es toda, no solamente la física sino que la manipulación o la depredación emocional son tipos de violencia. Hay mucha gente que piensa que la víctima se queda porque quiere y no porque no puede salir de ahí o porque no encuentra las herramientas para salir. Entonces creo que como sociedad tenemos mucho que pensar, tenemos que escuchar más a las mujeres, ayudar a las víctimas a salir y no culpabilizarlas. Banco a full el movimiento feminista y creo que recién dentro de unos años podremos llegar a ser una sociedad en serio. Hay que bajar muchos prejuicios.

 

—¿Cómo está Cielo en este momento?

 

—Más feliz que nunca, como nunca mejor dicho. Cambié un montón, evolucioné, crecí. Hubo algunas decisiones que tomé en mi vida que me ayudaron mucho. Por ejemplo en cuanto a la alimentación. Soy vegana y no como gluten, eso me hizo cambiar la perspectiva y cómo miro la vida porque es también tenerle respeto a los animales, alimentarme solo con las cosas que el cuerpo necesita, no darle ni azúcar ni sal ni alimentos procesados, hacerle bien a mi cuerpo.

 

—¿Lograste una armonía con tu cuerpo?

 

—Por primera vez siento que no soy enemiga de mi cuerpo. Yo que tuve tantos problemas con la alimentación, fui gorda, anoréxica, todo lo que se po - día ser, en este momento estoy en un equilibrio que no había soñado jamás. Mis hijas están bien, mi familia está bien, yo estoy tranquila y tengo un libro al que le está yendo bárbaro. Por primera vez en mi vida me quiero mucho.

 

 

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