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Otros males a erradicar durante la crisis

Por redacción
| 26 de marzo de 2020

 

Cuando el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, definió en repetidas ocasiones al COVID-19 como “virus chino”, alentó a que supremacistas blancos resucitasen un antiguo insulto étnico contra chinos y asiáticos orientales: el “peligro amarillo”, que en el pasado se usaba como expresión xenófoba en diferentes partes de Occidente.

 

La oficina especial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), sobre las formas contemporáneas de racismo, discriminación racial, xenofobia y formas conexas de intolerancia, fue muy crítica con las expresiones racistas sobre la pandemia, que ya se cobró miles de muertes y contagió a miles más en todo el mundo, desplazando su epicentro de China hacia Europa.

 

La ONU consideró que “es desalentador ver a autoridades, incluido el presidente de Estados Unidos, adoptar nombres alternativos para el coronavirus COVID-19”.

 

“En lugar de utilizar el nombre internacionalmente reconocido del virus, estas autoridades han adoptado nombres con referencias geográficas, que generalmente se refieren a su aparición en China”, se quejó la ONU.

 

“Este uso calculado de un nombre geográfico para este virus se basa en el racismo y la xenofobia”. La clara intención es “aislar y estigmatizar a las personas que son chinas, percibidas como provenientes de China o del este asiático”.

 

Mientras tanto, los grupos de supremacía blanca en Estados Unidos justificaron la calificación del coronavirus como chino, principalmente en publicaciones en la red social Facebook. Argumentan si las etiquetas de sarampión alemán (1814), la gripe española (1918) y la enfermedad de Lyme (1975) son ampliamente aceptadas, ¿por qué no la de “virus chino”?

 

La ONU insistió que reducir el señalamiento étnico o geográfico de la enfermedad a un asunto semántico es mucho más que un error.

 

“Personas percibidas como chinas, de ascendencia china o de origen asiático han sido objeto de ataques racistas y xenófobos relacionados con el virus. Estos ataques han abarcado desde insultos de odio, pasando por la negación de servicios hasta actos brutales de violencia”, explicó.

 

No es sorprendente que los líderes que atribuyen el COVID-19 a grupos nacionales o étnicos “sean los mismos líderes populistas nacionalistas que han convertido la retórica racista y xenófoba en el centro de sus plataformas políticas”.

 

Para la ONU, esta retórica de los líderes alimenta “expresiones de racismo y xenofobia relacionadas con el virus en plataformas digitales”. Entre ellas se incluyen “acoso, discurso de odio, proliferación de estereotipos discriminatorios y teorías de conspiración. “No es un momento para la semántica”, insistió.

 

“Estamos ante una pandemia mundial que requiere que los líderes defiendan y protejan la dignidad de todas las personas, independientemente de su raza o etnia”, consideró la ONU.

 

Según la NBC, una de las principales cadenas de televisión abierta de Estados Unidos, el Buró Federal de Investigación (FBI) sostuvo durante una sesión informativa de inteligencia en febrero que había planes de grupos supremacistas blancos para tratar de “armamentizar” el coronavirus,

 

Esos supuestos planes pretendían, entre otras cosas, “atacar a los no blancos y las minorías, con saliva infectada, botellas de spray” y otros artículos.

 

En una información en Yahoo News, Hunter Walker y Jana Winter, aseguraron que en un informe de inteligencia del Servicio Federal de Protección, publicado el 17 de febrero, se decía que  “los extremistas violentos continúan haciendo del bioterrorismo un tema popular entre ellos”.

 

“Los extremistas violentos blancos con motivaciones racistas han comentado recientemente sobre el coronavirus, afirmando que es una ‘obligación’ difundirlo, en caso de que alguno de ellos contraiga el virus”, para propiciar respuestas por su parte, se afirmó en el informe.

 

La Escuela de Salud Pública Mailman de la Universidad de Columbia refirió que durante los brotes de enfermedades, los ataques a grupos marginados no son una excepción, sino la norma.

 

El racismo y la xenofobia también se avivan con los discursos que señalan a los comportamientos de los estadounidenses de origen chino y otros asiático-estadounidenses como sospechosos, e incluso culpables, de propagación de enfermedades, insicó.

 

El racismo y la xenofobia deben erradicarse junto al COVID-19. Incluso antes.

 

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