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Adultos mayores: un grupo muy afectado por el aislamiento social

A muchos les costó el encierro y, aunque ahora pueden salir, algunos tienen miedo de hacerlo como antes.

Por Matías García Elorrio
| 28 de junio de 2020
Frágiles. Las personas que tienen entre 65 y 75 años son un grupo muy importante en la sociedad de San Luis.

Los adultos mayores conforman uno de los grupos de riesgo que más sufre la pandemia y la consiguiente cuarentena. Además de tener que quedarse encerrados más tiempo que el resto en sus casas, también debieron abandonar las actividades como talleres en centros de jubilados o clases de gimnasia, natación y hasta los viajes recreativos que los tienen como protagonistas durante todo el año. Incluso la relación entre ellos se fue perdiendo y volver a vincularse con sus entornos familiares no les fue fácil.

 

Para conocer cómo sobrelleva la “nueva normalidad” este grupo etario —muy importante en la sociedad puntana— el médico de familia y especialista en Geriatría, Raúl Riquelme, explicó que por su experiencia en el consultorio “el aislamiento social ha llevado a una distorsión del modo de vida del adulto mayor porque el encierro les genera, a muchos de ellos, un trastorno psicológico que lógicamente provoca mayores casos de depresión”.

 

Según indicó “esto ya fue estudiado durante otras pandemias y hoy se lo conoce como 'síndrome de la cabaña', que es la conducta que experimenta la persona que aun teniendo la posibilidad de salir, se niega a hacerlo por el temor de contagiarse. Incluso manifiestan miedo de salir a la vereda a sacar la basura”.

 

Riquelme dijo que “esta depresión se les genera por no poder hacer las actividades que tenían como rutina: visitar a los nietos, juntarse con amigos o ir a los centros de jubilados”. Aunque en San Luis tenemos ahora muchas de estas actividades permitidas y es muy probable que la pandemia aquí termine antes, alertó que igual van a quedar secuelas “porque seguramente se alterarán las conductas típicas como el abrazo y el beso en la mejilla para saludarnos”.

 

También indicó que “estas alteraciones psicológicas afectan también a su cuadro general de salud, como por ejemplo la hipertensión, los dolores de pecho y de la columna cervical”. El médico comentó que en varias charlas que mantuvo con otros profesionales en estos días hablaron mucho del aumento de infartos agudos de miocardio, aunque en todos los casos no fueron letales. Pero hay mucha alteración a nivel cardiovascular. También algunas estadísticas muestran un leve incremento de accidentes cerebrovasculares (ACV) que dejan secuelas. Y dijo que “muchas veces estos problemas de salud se agudizan porque la persona no quiere ir a un centro de salud por temor a contagiarse de coronavirus. Pero en general la tasa de letalidad aún es baja y Y en San Luis se han tomado todas las medidas necesarias a nivel gubernamental para evitar la propagación de casos”. Aunque admitió que “uno nota que no se cumple tanto con el distanciamiento social decidido para esta etapa”.

 

 

Riquelme aconseja a los mayores no dejar “de hacer actividad física todos los días y una ingesta de alimentos ordenada y saludable. Hacer las cuatro comidas (desayuno, almuerzo, merienda y cena) y dos colaciones”. Pero también no aumentar de peso “porque eso a la larga va a provocarles dolores a nivel articular”. Y en aquellos casos de personas con dependencia de cuidadores, “tratar de recibir en casa la visita de familiares con todas las medidas de higiene y prevención, porque ellos están más propensos a otro tipo de patologías”.

 

Sobre los que tienen entre 65 y 75 años y que se mantienen activos, el geriatra dijo que “si tienen un buen estado general, pueden salir tranquilamente con todos los recaudos necesarios. A ellos el aislamiento quizás les cayó mal porque perder ese ritmo de actividad que tenían les hizo pensar que ya no son tan útiles".

 

“Se conoce como 'síndrome de la cabaña' a la conducta que experimenta la persona que, aun pudiendo salir, se niega a hacerlo", explicó Raúl Riquelme, Médico de familia y especialista en Geriatría.

 

Vuelta a la actividad

 

Lo primero que anunció con mucha alegría la presidenta del Centro de Jubilados y Pensionados de la provincia, Susana Arce, es que después de tres meses de cuarentena, a partir de la semana próxima todos los talleres que se dictan allí retomarán las actividades. Y enseguida aclaró que el Comité de Crisis los habilitó con estrictas medidas de higiene, distanciamiento y con diez personas como máximo en cada uno.

 

“Hemos tenido que adaptarnos a esta nueva realidad, en la que los más castigados han sido los adultos mayores porque son los que más han sufrido esta cuarentena. Muchos tuvieron que cambiar su rutina diaria y, además, extrañan volver al centro de jubilados porque es su segunda casa, donde se reúnen con sus amigas y amigos. De repente tuvimos que cerrar porque ellos son los que están más expuestos a este virus. Además, tuve que explicarles que era para salvaguardar su salud”, contó Arce.

 

También dijo que “la mayoría quiere volver porque le cuesta quedarse tanto tiempo en casa. Lo importante es que no deben sentirlo como un castigo. Y son el grupo de personas que más se cuida, porque toman los recaudos necesarios cuando salen”.

 

La presidenta contó que “muchos de nuestros afiliados se manejan bien con la tecnología y se comunican con sus amigos y familiares, otros viven con sus parientes y están contenidos. Pero hay otro grupo que vive solo y que es el que más sufre. Si bien entiendo que los adultos mayores son los de mayor riesgo frente al coronavirus, yo quería que nos dejaran abrir el edificio, por eso elaboramos un protocolo para estar listos cuando sea el momento”.

 

Hace dos semanas que la institución ubicada en 9 de Julio y Colón tiene sus puertas abiertas para que los jubilados puedan hacer los trámites de reintegro de medicamentos de la obra social y tomar turnos individuales para podología, masajes descontracturantes y peluquería. “Pero obviamente ellos quieren volver a los talleres de autoconocimiento, danzas, gimnasia, yoga, computación, tejido y lo que más extrañan es el té bailable de los viernes por la tarde”, mencionó.

 

También dijo que “apenas se enteraron de que abríamos, empezaron a pedir los turnos y de a poco la mayoría vino. Pero también los afiliados del interior me piden volver a los talleres, por eso, de a poco vamos a ir sumando actividades para que lo antes posible todos puedan retomar sus rutinas”.

 

La presidenta destacó que “desde el Centro de Jubilados queremos seguir porque somos un ámbito de contención para los adultos mayores. Por ahora lo hago a través del teléfono y de videollamadas. Además, nuestro personal los recibe y los ayuda con sus trámites con estricto protocolo y cuidando el distanciamiento”.

 

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