Nahuel convierte retazos de hierro y chatarra en obras de artesanía
Usa los desperdicios de talleres mecánicos y herrerías para armar adornos, lámparas, cuadros, relojes y más.
Ni los retazos de chapa ni los restos de hierro. Ni siquiera las cadenas de moto en desuso, las tuercas viejas o una canilla que ya no sirve. Para Nahuel Novarecio, nada se desperdicia. Lo que para otros podría ir directo a la basura, para el hombre de 32 años es materia prima para realizar un arsenal de artesanías. Así, lo que empezó hace 7 años como un hobby en los momentos de descanso, desde hace un tiempo se convirtió en un emprendimiento que seduce a los turistas o a los transeúntes locales que recorren las ferias de la ciudad.
Su trabajo principal es en un criadero de cerdos, y el mercedino decidió usar las dos horas del almuerzo para entretenerse. "Muchos las aprovechan para dormir, pero yo me puse a pensar en hacer algo. Empecé haciendo un auto y una máquina de tren que eran adornos para mí, pero en un momento ya había hecho como diez y si seguía iba llenar la casa", recordó entre risas.
Fue entonces cuando su pareja, Marianella Urquiza, lo incentivó a mostrar su talento a los demás. "Conocía a gente que exponía en las plazas de los barrios. Y le dije que se animara a ir porque lo que él hace es una genialidad y es todo reciclaje, no es una reventa. Además, a todo le pone amor, trabaja todo el día y este es un gusto que se da", sostuvo la mujer de 29 años.
Y aunque al principio solo querían compartir las creaciones y no venderlas, el público empezó a interesarse por adquirir las piezas. Desde ese momento, hace unos cuatro años, el pasatiempo de Nahuel fue tomando forma de emprendimiento. Su producción creció (ya ha hecho más de trescientos objetos) y se hizo habitué de las ferias que recorren los diferentes espacios verdes de la ciudad, además de ser uno de los que ofrece sus objetos en el Almacén de Artesanías que funciona en la Casa de la Cultura.
Novarecio trae desde pequeño el gusto y los conocimientos por manejar el hierro. Su padre es mecánico y le enseñó a soldar desde muy chico; además, cursó en una escuela con orientación agraria y tomó clases del manejo de las máquinas
De esa forma, los insumos que utiliza provienen del taller de su papá y de otros amigos, además de algunas herrerías y de cualquier otra chatarra que encuentre en su trabajo o en los mismos contenedores de basura. "Son desperdicios que generalmente se tiran. Uso pedazos de chapas, rulemanes, bujías, cabezas de pistones de motos y de autos, partes de molinos, cadenas, de todo", enumeró.
Así, después de buscar fotos de referencia en Google y usar la imaginación, le da forma a todo tipo de objetos: hay muchos que sirven como adornos, pero también pueden usarse como juguetes. Hay veladores, lámparas, relojes, cuadros, vinotecas y portamacetas, entre otros. Ha construido desde pequeñas motocicletas hasta tractores que tienen movimiento y parecen casi una réplica de los verdaderos.
Algunos le llevan poco tiempo y otros demoran más, como el camión que le demandó cuarenta y cinco días. Pero hasta el día de hoy Nahuel sigue aprovechando las dos horas de descanso en el criadero para hacer sus creaciones.
"Me gustaría en algún momento salir de Villa Mercedes y poder ir a otras ciudades o provincias para mostrar lo que hago. De esa forma podría aprender más y expandirme", confesó.
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