Piden que le den 15 años por violar a una moza
Víctima y victimario eran compañeros de trabajo. Este viernes habrá alegatos y veredictos. El acusado está preso, imputado por "Abuso sexual simple y abuso sexual con acceso carnal".
Desde agosto de 2020, el acusado está preso por ultrajar a A.D.P., quien era moza y compañera en un bar céntrico. Este viernes el fiscal de Juicio 2, Fernando Rodríguez, y el defensor Jorge Agúndez brindarán sus alegatos y luego el tribunal, compuesto por los jueces José Luis Flores, Jorge Sabaini Zapata y Virna Eguinoa, resolverá si lo condena o no. Se lo imputa por "Abuso sexual simple y abuso sexual con acceso carnal" —dos hechos—, y enfrenta un pedido de condena a 15 años de prisión, formulado por la Fiscalía de Instrucción.
El martes, en la segunda audiencia del debate, declaró María Verónica Pereyra Quiroga, psicóloga del Cuerpo Profesional Forense. Ella integró las juntas interdisciplinarias que evaluaron al imputado y a la víctima. En cuanto a la denunciante dijo que su relato era coherente, espontáneo y creíble, y que no presentaba alteraciones para comprender o dirigir sus actos. Resaltó que no presentaba indicadores de impacto psicotraumático; explicó que no reflejaba haber vivenciado un hecho disruptivo, pero que eso no significaba que no haya sido víctima.
Refirió que durante la entrevista la joven reflejaba sentimientos de angustia por lo que había ocurrido y de desilusión o traición por parte del imputado, con quien compartía una amistad. Señaló que es inmadura, ingenua, sociable y que tiene dificultad para controlar los impulsos.
En cuanto al acusado, la psicóloga expuso que lograron determinar que tiene pensamientos adecuados y un discurso lógico y coherente. Que tiene capacidad de comprender sus actos y que, al igual que la víctima, es inmaduro. También dijo que tiene tendencia afectiva, que es estable emocionalmente y poco expresivo. Y que no tiene un cuadro psicopatológico.
En la audiencia también declaró un amigo de la víctima, un amigo del imputado, tres compañeros de trabajo de ambos y dos psiquiatras que integraron las juntas interdisciplinarias.
Entre los testimonios de los compañeros el que más se destacó fue el de un seguridad del bar, que aseguró que el acusado y la denunciante siempre “chichoneaban”, que solían darse besos en el cuello y tocarse. También que él llegó a pensar que tenían una relación por la gran confianza con la que se trataban.
Otro testimonio relevante fue el de otra compañera de trabajo. Dijo que muchas veces, cuando ellos terminaban su turno de trabajo, solían quedarse en el bar como clientes a bailar y a consumir alcohol. Dijo que el imputado era un buen compañero y respetuoso. “Jamás vi que le faltara el respeto a nadie ni que tuviera conflictos”, resaltó.
En cuanto a la denunciante, dijo que su humor siempre variaba, que algunos días era amable y otros no. Por último, recordó que solía ver que la chica y el imputado llegaban y salían juntos a trabajar y que notaba que mantenían una muy buena relación de amistad.
Según la denuncia, el acusado habría arremetido contra la integridad sexual de la joven en dos momentos. La primera vez fue en enero del año del 2019, cuando compartieron un "after", es decir, una fiesta posterior a una salida. Valiéndose de la confianza que la muchacha le había dado y aprovechándose del hecho de que ella había bebido de más (lo que imposibilitó que diera un libre consentimiento), el imputado la habría abusado.
El segundo hecho, más grave, habría ocurrido en junio de 2020, en una circunstancia similar a la anterior: habrían compartido una salida grupal y, como no podía regresar a su casa, el acusado fue a lo de la chica, donde la habría ultrajado.
Redacción / NTV


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