Adrián Bifaretti: "Cuidar a los carnívoros y convencer a los flexitarianos"

 Adrián Bifaretti, jefe del Departamento de Promoción Interna del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA), pasó por Villa Mercedes con una interesante disertación en la que habló sobre su especialidad: el marketing de la carne y los estudios que lleva adelante el instituto “tranqueras afuera”, para medir qué pasa con los consumidores.

Se refirió a los cambios en el estilo de vida y en la asignación del tiempo y el dinero, con una digitalización y virtualización acelerada, sobre todo de los más jóvenes, que son un claro objeto de deseo del sector cárnico, al punto que Bifaretti se refirió a que hay que “cuidar a los que consumen carne y convencer a los flexitarianos para que vuelvan al redil”. Con los veganos ya afuera, los flexitarianos (que son aquellos que cada vez comen menos carne) son clave para mantener los niveles de consumo, pero a la vez no son fáciles de contentar.

“Los cambios en el estilo de vida impactan en las conductas alimentarias, pasa hasta con las mascotas”, dijo Bifaretti, quien cree que hay una cultura activista que se manifiesta en movilizaciones y marchas, e incluso también en la forma de vestir y comer. “Hoy hay que tener en cuenta la diversidad, la inclusión y el respeto a las minorías, basta con ver que el hijo de Superman es ambientalista y bisexual en las últimas películas”, ejemplificó.

Ni modas, ni crisis de imagen

“Las empresas alimentarias tomaron nota de que el consumidor ya no se aferra a una sola identidad, por eso la carne afronta una tormenta perfecta, porque no estamos en presencia de modas pasajeras, ni de crisis coyunturales o de imagen; y además muchos creen que comer carne es sinónimo de violencia hacia los animales”, agregó el especialista en marketing.

Una de las últimas encuestas del IPCVA preguntó sobre qué alimentos incorporaría la sociedad. Sobre mil participantes, el 66% se refirió a aquellos que son buenos para la salud y los que equilibran la nutrición, lo que Bifaretti llamó “una oportunidad” para la carne vacuna. Y también pidió “prestar atención” a otra respuesta mayoritaria: fueron varios los que hablaron de incorporar vegetales en sustitución.

No todo es negativo para el futuro del consumo. Consultados sobre qué harían si disponen de más dinero, el 56% sumaría más carne a su dieta, un 22% habló de bajar la ingesta y otro 22% se mantendría igual. El problema lo representa el 28% que lleva alguna dieta para disminuir el consumo, por recomendación de cardiólogos, amigos, nutricionistas o simplemente por lo que leen en las redes sociales.

En cuanto a los veganos, el 73% cree que no es probable que vuelvan a la carne, aunque el 20% cree que es por una cuestión de moda; mientras que al revés, sobre la posibilidad de que un carnívoro pase a ser vegano, el 62% no lo consideró posible.

Según las últimas mediciones, en la Argentina el 68% de la población es carnívora tradicional, el 25% es flexitariana y el IPCVA cree que es a la que hay que convencer para que permanezca, y el 7% es definitivamente vegana.

Bifaretti asegura que “no hay que entrar en la discusión con los veganos”, sino buscar otras alternativas para mantener a los fieles y a los que dudan. Una de ellas es la redistribución del plato, siempre con la carne como parte fundamental. “Tenemos que derribar mitos, por ejemplo con la hamburguesa, que no es comida chatarra; y lo mismo pasa con la milanesa”, pidió.

Otra variante es buscar nuevas formas de cocción: “Hay que romper con las tradiciones, usar el chorizo o la morcilla de formas distintas es una posibilidad”.

Los cortes nuevos también salen a la cancha a defender la supremacía de la carne, porque resultan atractivos para los jóvenes. Pasa con el T-Bone, el Kobe beef y el Tomahawk que se consumen en restaurantes tradicionales, con fuerte presencia en zonas de alto poder adquisitivo y cierto aire estadounidense. “Hay que recurrir a la innovación para poner en valor el producto en sintonía con los intereses de los más jóvenes, hoy sale mucho el blend de carnes, por ejemplo la hamburguesa de entraña”, agregó Bifaretti.

Usar todos los sentidos

Otro recurso es generar nuevas experiencias sensoriales, como pueden ser las recetas inspiradoras, y también las relacionales, con un mismo producto dirigido a distintos segmentos. “Una publicidad española habla de una bocata que puede inspirar una aventura, un baile, un deporte, una reunión de amigos, y en realidad se trata del mismo producto”, ejemplificó el especialista.

Así como los jóvenes son uno de los objetivos del IPCVA, también lo son las mujeres, por lo que propone romper con los estereotipos. “Basta de pedir un aplauso para el asador, hay también muy buenas asadoras, la carne ya no es sinónimo de masculinidad. Ellas no solo hacen la ensalada, ni son mensajeras del novio cuando van a comprar carne”, pidió encarecidamente ante la aprobación de la gran cantidad de productoras, ingenieras agrónomas, veterinarias y estudiantes de carreras afines al campo que había en la gran carpa que hizo las veces de auditorio.

En la despedida, Bifaretti enumeró aspectos a tener en cuenta: “A la carne hay que defenderla, dejar de lado las grietas, insistir con que es amigable con el ambiente y las dietas equilibradas, hablar de sus propiedades ante los escépticos, poner el acento en los flexitarianos (jóvenes y mujeres sobre todo) y cuidar a los carnívoros, que son nuestros clientes habituales.

Redacción / NTV