Atropelló y mató; pide una pena de tres años de prisión en suspenso

Eric David Agüero aceptó el martes, durante un juicio abreviado, la culpabilidad de haber arrollado y matado a Lucas Alfredo Pérez. El hecho sucedió mientras manejaba con 0,39 de alcohol en sangre en 2016, a la altura del kilómetro 7 de la ruta Nº 146, a pocos kilómetros de la localidad de Luján. El fiscal de Cámara, Fernando Rodríguez, y Emmanuel Orlando Curi, el defensor del acusado, acordaron una pena de tres años de prisión en suspenso y la inhabilitación a seis años a conducir, aunque ahora el tribunal deberá avalar o desestimar ese pedido. La querella se opuso al acuerdo y pidió que Agüero cumpla prisión efectiva.

El martes, durante la audiencia que se celebró en el Poder Judicial de la ciudad capital, Rosalinda Morán, la pareja de la víctima y quien iba con él al momento del incidente, mostró su descontento tras el pacto entre Rodríguez y Curi.

En su descargo frente al tribunal conformado por Guillermo Saá Petrino, Fernando de Viana y Adriana Lucero Alfonso, estuvo acompañada por Federico Luis Magis Olguín, su abogado querellante, y expresó que Agüero, a pesar de contar con una panadería en Luján, localidad donde ambos residen, en el transcurso de los casi seis años de haber ocurrido el hecho jamás se preocupó por el bienestar de ella ni del hijo que tienen en común con la víctima.

“Me comentaron los propios familiares que este chico (por el acusado) siempre anda con una actitud sobradora hacia ellos y sigue manejando como si nada”, refirió Magis Olguín.

Agregó que a pesar de haber querido llegar a una compensación económica, el acusado “dio vueltas en cuanto a su respuesta y nunca la dio”.

Ahora, los magistrados tendrán diez días hábiles para emitir la resolución de la petición, aunque en caso de desestimarla habrá un debate oral al que Agüero llega con un pedido de tres años de prisión efectiva y la inhabilitación por siete años y seis meses para conducir.

El hecho fue el 18 de julio de 2016 cerca de las 7 de la mañana. Agüero iba en su Chevrolet Corsa desde San Francisco a Luján junto con Mariano Andrés López, Misael Elín Alaniz y una chica que tenía 14 en ese momento.

Pérez, en el mismo sentido, viajaba con Morán, su pareja, e iban en una Keller de 110 centímetros cúbicos.

Las primeras pericias determinaron que el Corsa venía atrás de la moto, previo a alcanzarla violentamente. Adelante de esta circulaba otra moto, una Motomel de 110 centímetros cúbicos, que conducía un muchacho de 21 años, Francisco Ortiz, amigo de Pérez y Morán.

Después del accidente, el conductor del Corsa manifestó que la Keller venía sin las luces encendidas, dando a entender que no la vio y que por eso la chocó. Eso explicó tras el accidente el comisario inspector Gustavo Ríos, quien era el jefe de la Unidad Regional I Interior.

Agüero también les comentó a los policías “que vio que un auto que venía delante de él se desvió, que se salió de la línea, presumiendo que quizás este conductor sí alcanzó a ver la moto y por eso se corrió. Él no la habría visto”, dijo el subcomisario José Mercado, en otra de las comunicaciones con El Diario.

“Tanto Pérez como Morán salieron despedidos. En el desplazamiento, esta moto rozó a la otra, que iba adelante. Ortiz perdió el control y se cayó”, refirió Ríos. Un camionero que pasaba sacó una colcha y le prestó para que arroparan a los lesionados, hasta que llegaran los socorristas. Después, los tres motociclistas fueron llevados a hospitales: la pareja, al de San Luis, y su amigo, al de Quines.

Pérez sufrió un traumatismo de cráneo severo, una herida irreparable que le costó la vida horas después del hecho.

En el transcurso de las pericias, el alcotest reveló que Agüero tenía 0,39 gramos de alcohol por litro de sangre.