¿Flores para primavera? Innovador

Por Dafne Palacio

En octubre terminó la serie de las semanas de la moda más importantes del mundo y uno de los temas principales fueron las flores, que asoman con fuerza en esta primavera. Septiembre marca el inicio de una nueva temporada, acompañado del tedioso o esperado cambio de armario y los emocionantes lanzamientos de las firmas de lujo; en la industria de la moda es más sinónimo de inicio que Año Nuevo. Como dijo Miranda Presley (Meryl Streep) en "El diablo viste a la moda": "¿Flores para primavera? Innovador".

Como siempre, New York Fashion Week dio comienzo a este circuito internacional y la tendencia floral volvió con fuerza capturando, para la temporada Primavera/Verano 2024, la esencia de la primavera en la pasarela. Marcas como Palomo Spain, Carolina Herrera o Willy Chavarría se inspiraron en la belleza de la naturaleza para crear prendas con estampados florales, desde vestidos vaporosos hasta blusas y accesorios.

La semana de la moda de Londres es el encuentro de las y los diseñadores de moda más creativos del mundo. Aquí no hay límites, etiquetas, ni restricciones y los expertos que acuden a sus desfiles saben que es uno de los mejores focos de moda del mundo para tomar el pulso a las tendencias que vendrán. En esa semana también hubo hueco para vestidos románticos con estampados florales y para los vestidos de cóctel en tonos empolvados.

La Paris Fashion Week siempre es garantía de moda y tendencia, pero también de algunas propuestas inesperadas como lo fueron los vestidos terrarios —peceras cerradas con fauna que representan un ecosistema— que presentó Undercover para su colección PV 2024. En el cierre del desfile, la firma parisina apagó las luces del evento y deslumbró con una serie de looks inspirados en la naturaleza que se robaron todas las miradas. Tampoco faltaron los bordados de flores y las prendas metálicas incorporadas a las prendas de la colección.

Una de las más populares pasarelas de la Paris FW es la de Balmain por Oliver Rousteing, el director creativo, que esta vez trajo a la mesa una cautivadora muestra de siluetas fuera de lo común como faldas cuadradas, vestidos de reja de metal y piezas clásicas en tonalidades frescas con verde perico y durazno. Todo esto mientras las flores se apoderan de las telas y las vuelven un jardín en movimiento.

Esta primavera, Oliver quiso continuar con el legado de la casa, que comenzó el invierno pasado, iniciada en 1945. Reelaboró los motivos florales de archivo de Balmain con incrustaciones de flores de metal, estampados superatrevidos, bolsos y zapatos esculpidos como ramos de flores y piezas hechas a medida, como un corpiño con amplias ramas de cristal enjoyadas y capullos de rosa. También recurrió a un corsé y un vestido adornados con flores hechas con botellas de plástico recicladas. La pasarela fue una verdadera clase de arquitectura, arte y conciencia, donde la gran sastrería apareció al lado de estructuras metálicas que rodeaban el cuerpo de las modelos.

El director creativo nos llevó a un pleno oasis floral demostrando que en primavera solo se habla de flores, y punto. Por impresionante que fuera la sastrería de Rousteing, su desfile PV 2024 será recordado por algo más.

Por otro lado, Matthew M. Williams, director creativo de Givenchy, abordó la flor como estética en sí misma, los códigos históricos de Givenchy están hechos a medida por una elegancia sobria. Él vio acercarse esa ola hace temporadas y ha ido refinando constantemente su propuesta en la casa. Esta temporada infundió a su "nueva elegancia", como él la llama, una sensación de romanticismo que no se había asociado anteriormente con el diseñador, quien se hizo conocido por su manera de utilizar herrajes industriales y tratamientos intensos de telas. Puede parecer una sorpresa, pero en realidad es algo muy natural para él. Dedica gran parte de su tiempo libre a la jardinería.

Esta pasarela fue una versión romántica de Givenchy. Williams desarrolló un lenguaje floral de una manera que reflejara tanto los archivos de la Maison como a él mismo. Extrajo los archivos de su colega entusiasta jardinero Hubert, de Givenchy, y los reelaboró y adaptó en motivos pintados a mano y bordados en vestidos, estampados de porcelana en telas y accesorios muy finos y en metales de joyería. Las flores aportaron una sensación de ligereza y dinamismo a la oscura sofisticación que define la mentalidad al vestir de Williams, un espíritu también en sintonía con la genética de la casa.