Aunque Dánica anunció que se muda a Córdoba, la huelga no se detiene

La lucha no cesa para los trabajadores de Dánica. Más de setenta días después de haber iniciado un reclamo por mejoras salariales, un grupo de empleados se mantiene en huelga mientras la empresa prepara su mudanza a Córdoba.

Esa fue la noticia con la que se desayunaron esta semana los 110 obreros que se desempeñaban en la fábrica. La firma, perteneciente al grupo empresario Beltrán, emitió un comunicado para informar que trasladará su planta de producción de aderezos al Parque Industrial Ferreyra, en inmediaciones de la capital cordobesa, un mes después de que decidiera dejar definitivamente la fábrica de Villa Mercedes.

El cierre se debió, según el reporte de la compañía, “a que los trabajadores agremiados en el Sindicato de Obreros y Empleados Aceiteros y Desmontadores (Soaded) incumplieron los acuerdos vigentes al momento, las instrucciones del Ministerio de Trabajo de la Nación e incluso las órdenes judiciales dictadas por la Justicia de San Luis”.

“La empresa no tiene ninguna comunicación con nosotros y no sabemos de la veracidad de los hechos, porque ya antes han hecho esto de comunicar que se van”, expresó Franco Pela, uno de los delegados de los trabajadores.

El hombre reveló que, de todos modos, han recibido ofrecimientos individuales para acordar sus desvinculaciones y apaciguar la fuerza del reclamo colectivo. “Tenemos compañeros que han arreglado su salida de la empresa al 50% de la indemnización. Otros que se han ido con el 100% en cuotas y otro grupo que decide mantener la huelga”, reveló.

Son veinticinco, aproximadamente, los que ya accedieron a ese tipo de arreglos económicos, mientras que los demás se mantienen en pie en las inmediaciones de la planta industrial ubicada a orillas de la ruta 148, en el extremo sur de la localidad, con una manifestación que está organizada por turnos.

“La empresa también ha presentado una lista negra de veinte compañeros a los que no tienen intención de liquidarles los haberes ni las indemnizaciones”, remarcó Pela.

El conflicto laboral en la fábrica tiene una larga data y ha tenido sus idas y vueltas a lo largo de más de dos años, con varios ceses de producción y hasta amenazas de cierre. Sin embargo, el reclamo principal era adecuar los sueldos a la escala que exige por convenio el sindicato que, según denunciaban, era un 110% más alto de lo que Dánica les abonaba a las categorías más bajas.

Desde octubre, los trabajadores que están en lucha dejaron de cobrar sus salarios y han tenido que subsistir con la colaboración de otros gremios, de instituciones y de cooperativas, entre otros, además de cobrar el fondo de huelga.

"Sentimos una impotencia muy grande de no tener una respuesta por parte de nadie, pero lamentablemente ya estamos acostumbrados a pelear solos”, afirmó el delegado.

Redacción/MGE