Una de cada seis personas, el 17,5 por ciento de la población adulta en todas las regiones del planeta, experimenta infertilidad, y esa condición constituye un problema de salud pública mundial.
Así lo muestra un reciente informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS). La prevalencia hallada a lo largo de la vida fue del 17,8% en los países de ingresos altos y del 16,5% en los de ingresos bajos y medios, por lo que el informe revela una verdad importante: la infertilidad no discrimina.
Según el estudio, la región con mayor tasa de infertilidad es la del Pacífico, con una tasa del 23,2%, seguida por América (20%), Europa (16,5%) y África (13,1%). La región de Oriente Próximo tiene la tasa más baja, 10,7%.
“La enorme proporción de personas afectadas pone de manifiesto la necesidad de ampliar el acceso a la atención de la fertilidad y de garantizar que esta cuestión deje de quedar al margen de la investigación y las políticas sanitarias”, dijo la OMS en la presentación del trabajo.
La infertilidad es una condición del aparato reproductor masculino o femenino que es definida por la imposibilidad de lograr un embarazo tras 12 meses o más de relaciones sexuales regulares sin protección, según la OMS.
Puede causar gran angustia, estigma y dificultades económicas, y afectar al bienestar mental y psicosocial de las personas.
A pesar de la magnitud del problema, las soluciones para la prevención, el diagnóstico y el tratamiento de la infertilidad, incluida la tecnología de reproducción asistida, son inaccesibles para muchos debido a los elevados costos, el estigma social y la limitada disponibilidad.
En la mayoría de los países, los tratamientos de fertilidad son financiados en gran medida con fondos propios, lo que a menudo puede traducirse en costos financieros devastadores.
Los habitantes de los países más pobres gastan una mayor proporción de sus ingresos en tratamientos de fertilidad que los de los países más ricos.
Millones de personas enfrentan costos sanitarios catastróficos después de buscar tratamiento para la infertilidad, lo que hace que este sea un importante problema de equidad.
Para los especialistas, “la infertilidad no ha recibido mucha atención a nivel mundial, pero una de cada seis personas adultas es mucha gente”.
En busca de mayores precisiones, la OMS pidió a los países una mayor precisión y disponibilidad de los datos nacionales sobre infertilidad, desglosados por edad y por causa, para ayudar a cuantificarla, así como para saber quién necesita atención sobre este tema y cómo pueden reducirse los riesgos.
El informe no analiza las causas médicas, ambientales u otros factores que pueden causar infertilidad, ni su evolución a lo largo del tiempo, pero constituye un registro de la prevalencia de este problema analizando estudios realizados entre 1990 y 2021.
Para la OMS el tema “continúa sin investigarse lo suficiente, las soluciones están poco financiadas y son inaccesibles para muchos, debido a sus elevados costos, al estigma social y la disponibilidad limitada”.
Y destacó que “hay una presión social importante para procrear. Hay países en los que el embarazo está ligado a percepciones sobre la feminidad y a lo que constituye una pareja, y el fracaso es estigmatizado”.
“Las personas que tienen un problema de fertilidad sufren habitualmente ansiedad y depresión, y también hay un riesgo mayor de violencia en la pareja asociado a la infertilidad”.
La OMS llamó a los países a desarrollar soluciones para la prevención, el diagnóstico y el tratamiento de la infertilidad, incluyendo las tecnologías de procreación asistida, como la fecundación in vitro.
Redacción / NTV
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