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Con final polémico, lo condenaron a 14 años por abusar de su hijastra

El fallo contra el expolicía Juan Ramón Molina fue unánime. Su abogada denunció pruebas ilegales. Los ataques sexuales fueron reiterados y se extendieron hasta 2021; la víctima tenía 13 años.

Por redacción
| 12 de mayo de 2023
El final. Molina sentado, de espaldas, junto a su defensora, Karina Mantelli. Foto: Héctor Portela.

Fue una jornada extensa y cargada de emociones: expectativa, sorpresa, bronca, ansiedad, resignación y, en cierta medida, alivio sobre el final. Este viernes, un tribunal condenó a 14 años de cárcel al expolicía Juan Ramón Molina por haber abusado reiteradamente de la hija de su expareja desde 2020 a 2021, cuando la víctima tenía entre 12 y 13 años. Pero la última audiencia no estuvo exenta de escándalo, ya que antes de enunciar sus alegatos, la defensora Karina Mantelli planteó la nulidad del juicio en su totalidad denunciando que la grabación audiovisual de la audiencia anterior fue fraguada y que hubo miembros del Poder Judicial que alteraron ese registro para introducir una prueba de manera ilegal. La acusación caló hondo en la fiscal de Juicio Virginia Palacios, a quien la abogada señaló por la maniobra.

 

El final del debate oral se dilató por distintas cuestiones y solo restaban los alegatos y la sentencia. Pasadas las 10 de la mañana, la primera en hablar fue Palacios, para quien no hubo dudas sobre la existencia de los hechos y de la autoría de Molina. Como es habitual, hizo un detallado repaso del caso y de las pruebas colectadas en el plenario con las cuales decidió ampliar la acusación inicial elevada por la fiscalía de Instrucción.

 

Puntualmente, se basó en testimonios que dieron cuenta de que el acusado, además de abusar y ultrajar a su hijastra, le mostraba videos pornográficos con menores como partícipes, por lo que también acusó al imputado por corrupción de menores agravada, un delito no contemplado en la acusación inicial.

 

Enumeró también que los hechos comenzaron en agosto de 2020, cuando la víctima, su mamá, hermanos y Molina se mudaron a una casa de barrio que les habían entregado; y que se extendieron hasta marzo de 2021, cuando la adolescente “explotó” por otro conflicto familiar y les confesó a su padre y madre lo que sufría. “Las conductas sexuales fueron in crescendo: comenzó con tocamientos, luego con conductas depravadas más ultrajantes hasta llegar a un acceso carnal”, sostuvo.

 

Citó las declaraciones de varios testigos para apuntalar el relato principal, el que la adolescente dio en Cámara Gesell, donde describió todo lo que Molina le hacía cuando su madre la dejaba a su cuidado por cuestiones laborales. “Cada vez que la madre se iba la niña sabía lo que le esperaba y no podía hacer nada”, comentó la fiscal, y agregó que “ella terminaba sometiéndose porque no quería que él (Molina) le hiciera lo mismo a su hermanita”.

 

Al terminar, les pidió a los jueces una condena a 16 años y medio de cárcel por el delito de “Abuso sexual con acceso carnal agravado por la calidad de guardador, por el aprovechamiento de la convivencia preexistente en concurso real con corrupción de menores agravada”.

 

 

Cerrar una etapa

 

A su turno, la defensora de Niñez y Adolescencia 2, Silvina García, dijo que adhería a la acusación fiscal y su ampliación e introdujo algunos detalles, como que la víctima era ultrajada, al menos, tres veces por semana. También ahondó en un concepto que ya había desarrollado Palacios: el grave daño a la salud mental y física de la adolescente, que sufrió, entre otras cosas, insomnio, angustia, aislamiento social, bajo rendimiento académico, un cambio actitudinal hacia una personalidad más reactiva y conflictiva.

 

“Esta condena no va a solucionar los problemas de la víctima y su familia, pero la ayudará a cerrar una etapa, una herida”, cerró.

 

El abogado Roberto Domínguez, quien representó a la familia de la chica, dijo que su criterio era el mismo que el de sus colegas y remarcó, como ellas, el informe de Cámara Gesell que expresaba que el relato de la víctima reunía 12 de 19 criterios de validación, lo que dista mucho de un relato fabulado.

 

 

 Una bomba

 

Hasta ese momento la jornada ya había tenido dos cuartos intermedios y se esperaba que los alegatos de Mantelli fueran lo último que oiría el tribunal antes de pasar a deliberar, pero no fue así. “Quiero plantear la nulidad de todo el debate”, lanzó la letrada para sorpresa de todos.

 

Al inicio del plenario la defensora había planteado la nulidad de la Cámara Gesell porque las fojas de la pericia "no estaban refrendadas por las autoridades permitidas para hacerlo, ni tenían los datos que son sumamente importantes”, pero el tribunal la rechazó. En resumen, su argumento fue el siguiente: como en la audiencia anterior, del 27 de abril, no logró tomar todas las anotaciones que necesitaba, solicitó por secretaría que le brindaran el video de esa jornada, pero le entregaron un registro fílmico editado y adulterado.

 

Puntualmente, dijo que en las imágenes se ve cómo un empleado judicial entró al recinto para entregarle un sobre con documentación a la secretaria de Cámara, que en la misma acción se veía al presidente del tribunal, José Luis Flores, salir para hacer una llamada y que de repente hay un corte y todos aparecen nuevamente en sus lugares sin que exista una secuencia de imágenes que lo sitúe allí. Ante la duda, mandó a peritar el video con un ingeniero informático de Mendoza y les entregó un informe con el resultado a los jueces. “En el video falta cómo un cúmulo de papeles llega a manos de la fiscal”, acusó.

 

Desde la digitalización de los procesos judiciales, el registro fílmico cobra el valor de un acta de juicio, adulterado el video, el acta se considera fraguada y con ello se violó el derecho constitucional de su defendido a un juicio justo. “Yo no tengo por qué soportar esto”, y pidió la intervención del Superior Tribunal de Justicia para investigar y apartar de sus cargos a las personas que tuvieron injerencia en la “alevosa edición” del video que omite cómo hubo “prueba que llegó a este estrado de manera ilegal”.

 

El planteo dejó a los magistrados y miembros de la Cámara atónitos, a la fiscal sumamente ofendida y a la madre y familiares de la víctima, helados. La palabra circuló entre Mantelli, Palacios y Flores, que finalmente instó a la abogada defensora a que enunciara sus alegatos finales. En sus argumentos trató de echar por tierra la acusación y sus agravantes, pidió la absolución por el beneficio de la duda por el delito de abuso sexual y la absolución lisa y llana por el de corrupción de menores.

 

A las 17:32, tras otro receso, el tribunal regresó a la sala y dio su veredicto: rechazó el planteo de nulidad y selló la culpabilidad de Molina por el delito de “Abuso sexual con acceso carnal agravado por la condición de guardador, por la relación de convivencia preexistente y por ser la víctima menor de edad”. La madre de la víctima, en medio de una fuerte crisis de nervios y llanto, abandonó la sala vociferando “se hizo justicia”.

 

Redacción/ALG

 

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