19°SAN LUIS - Jueves 28 de Marzo de 2024

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Pedro Saborido: "La tradición del humor tiene mucho de machista"

El escritor, guionista y productor llega a San Luis para dialogar sobre el ser varón, el humor y la incorrección.

Por Astrid Moreno
| 08 de mayo de 2023
Protagonizó una charla íntima en un café del centro de San Luis sobre sus libros y trabajos. Foto: Internet.

Pedro Saborido es, por decantación, sinónimo de humor, y no de cualquier tipo, sino del argentino que se ve reflejado en los sketches de “Peter Capusotto y sus videos”, a pesar de que no graban uno nuevo hace siete años. Lo que sorprende es cuando se vincula ese nombre con la masculinidad, un eje que pondrá sobre la mesa hoy en San Luis para atravesar la línea curva de una sonrisa e ir más allá.

 

Si la comedia tiene siempre ese lado de incorrección, como sostiene el guionista, ¿se puede hacer una seria revisión del ser, y actuar, como un varón dentro de una sociedad que se edificó a base de chistes de suegras y “jermus” que son brujas?

 

Esta tarde será la Jornada Federal Masculinidades Sin Violencia en la Nave Cultural, ubicada en avenida Centenario y Justo Daract (Ver Pág. 7). A través de talleres y charlas los especialistas atravesarán temas como igualdad de género, masculinidades sin violencia y derechos humanos de las mujeres y diversidades.

 

Las acreditaciones comenzarán a las 15:30. Habrá tres talleres: “Masculinidades, salud mental y consumos problemáticos”, “Masculinidades y juventudes” y “Formación de replicadorxs en masculinidades sin violencia” que se realizarán de forma simultánea, de 16 a 17:30. Mientras que, a partir de las 18, comenzará la charla en formato de entrevista con el guionista, escritor, humorista y productor.

 

 

—Vas a participar de la Jornada Masculinidades Sin Violencia ¿cuál va a ser tu enfoque en la charla?

 

—Bueno, no es una charla, podemos encontrar una conversación. Simplemente vamos a presentar con humor y, desde el humor, qué es el oficio y la responsabilidad de ser comunicador y cómo hemos vivido muchas veces toda esta época en donde estamos aprendiendo los varones a revisarnos, a mirarnos, a vernos, a conocernos, a salir de automatismos y, de alguna manera, a ver cómo podemos ser mejores personas en relación a un montón de cosas que desde la habitualidad se convierten en invisibles. Como los maltratos, los terribles y los trágicos, pero también esos pequeños abusos que van construyendo a los grandes abusos.

 

 

—¿Se pueden abordar las masculinidades desde una perspectiva de género?

 

—Siempre las perspectivas son las perspectivas y las subjetividades. Eso es lo interesante, el diálogo entre subjetividades. Pero primero hay que reconocerlas y esas subjetividades, a veces, también son como para poder revisarlas. Lo que podemos abordar, desde mirar la masculinidad, es descubrirla con respecto a su relación con el mundo y con la cultura. Y a su vez, cómo los entornos y los sistemas van influyendo y construyendo esas masculinidades.

 

 

—La Jornada hoy propone repensar el ser varones y el cómo es trabajar en un espacio con hombres ¿alguna vez te pusiste a reflexionar sobre tu condición de ser varón?

 

—La condición de ser varón, muchas veces, aparece observada no solamente desde la perspectiva de una mujer, sino la del propio varón con respecto a los otros varones ¿Qué es lo que debe ser el varón? ¿Cómo debe de ser ante otros de su mismo género? ¿Cómo debe de responder a un estereotipo de varón? Entonces, también muchos varones sufren ese estereotipo y esa forma de automatismo que se da en lo que es ser un varón.

 

 

—La idiosincrasia argentina tiene un costado machista, lo vemos en varios sketches de “Peter Capusotto y sus videos”. ¿Alguna vez, como equipo, se hicieron estos replanteos o se dio naturalmente tocar ese tema?

 

—No, lo que siempre tuvimos en "Peter Capusotto..." fue una mirada que sin reflexionar desde el feminismo hablaba del respeto, de la misma manera que nunca especulamos con la mujer como objeto y hasta lo tomamos en broma; muchas veces las actrices que trabajan con nosotros, por el contrario, lejos de sentirse mal se sentían cómodas en la idea de que no estábamos especulando con que muestren más el culo o las tetas, es más, hasta podíamos reírnos de ese humor, parodiarlo y observarlo. Porque también, la tradición del humor tiene mucho de machista. Se puede ver en miles de películas, teatro de revista. Estamos hablando de un programa que si bien nunca decimos que lo dejamos de hacer no estamos grabando desde hace siete años. Cuando ves a "Violencia Rivas", que es un personaje que tiene ya 14 años, hay cierta perspectiva que era también un interesante ejercicio de cómo ve una mujer y de qué bronca puede desparramar una mujer en su mirada

 

 

—¿Cuál es el límite entre la violencia de género y el humor? ¿Ustedes se ponían límites con ciertas humoradas? Por ejemplo, en "La Concha de Rolando"

 

—Hay un momento donde el humor puede ser cruel sin querer o sin esa intención. Siempre el humor va a trabajar sobre lo que no está bien. Entonces, siempre va a tener un momento de incorrección. Siempre es discutible y la idea es que nadie salga lastimado. Sin embargo, muchas veces que depende del emisor, no es lo mismo un chiste de pelados hecho entre pelados a un chiste de pelados hecho por alguien que no lo es, o uno de puntanos hecho por alguien de San Luis que por un mendocino, sanjuanino o un cordobés. Y esto sabemos que es así, hay límites que se corren según la pertenencia de esa persona al objeto del cual nos estamos riendo.

 

 

—¿Nos podemos reír de las nuevas masculinidades? ¿Cómo se las van a arreglar para hacerlo sin caer en el ridículo?

 

—El tema es ¿quién tiene el poder para decir de qué nos podemos reír o no? Las risas y el humor siempre tienen que ver con los contextos. El mismo chiste que hacemos con nuestros amigos no puede causar la misma gracia en la situación de nuestro lugar de trabajo o si lo hacemos con nuestra pareja o con nuestros suegros o en un bautismo; entonces, ahí todos nos podemos reír de cualquier cosa. El tema es a quién lastimamos, es una buena discusión la incorrección política para el humor. Lo que alguien puede poner como límite otro lo puede ver como censura, entonces ahí aparece esta cosa ¿qué es la nueva masculinidad? Yo pensaría que la nueva masculinidad es algo que básicamente, aparte de tener todos los valores que puede tener un varón sobre sí mismo, pero básicamente lo que tiene es un respeto a cualquier persona, a un ser humano, a otro varón, a una mujer. Básicamente, que tenga respeto por el otro, que el ser varón no condice que su ser masculino está basado en la capacidad de someter y de ejercer poder.

 

 

—La historia del peronismo, justamente, ¿considerás que se vincula con la historia del feminismo en Argentina?

 

—No me atrevo a hablar de la historia del feminismo. Tengo que relacionar con otras luchas al peronismo. Es lucha buscando más igualdad y nadie se puede poner en contra de eso.

 

 

—Otra temática de la que escribiste es el fútbol ¿cómo ves allanados estos espacios para las nuevas masculinidades?

 

—En el fútbol aparece un fenómeno que es que deja de ser un objeto absolutamente varonil y, si bien, todavía el fútbol más considerado es el que se juega con hombres, cada vez hay más mujeres que juegan al fútbol y que van a las canchas. Entonces, hay cosas que suceden en determinadas velocidades que a veces uno no puede decidir, sino que simplemente suceden. Si es claro que vamos a un terreno hacia un lugar de paridad.

 

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