Rápido, pero de color azul

Un día como hoy, 21 de junio, pero de 1991, se lanzaba al mercado occidental un videojuego que revolucionó la historia: Sonic the Hedgehog (Sonic, el erizo).

Todo tiene un contexto. Nintendo tenía su caballito de batalla con Mario Bros, cuya segunda parte sin dudas es un clásico de los joysticks. Sega, para su consola Mega Drive/Genesis, andaba buscando tener algo similar, algo bien popular.

El desarrollador Sonic Team consiguió armar al grupo que logró la magia: Hirokazu Yasuhara (diseñador), Shinobu Toyuda (productor), Yuji Naka (programador), Masato Nakamura (compositor), y los artistas Naoto Oshima, Jina Ishiwatari y Rieko Kodama.

Era para un jugador, al igual que Mario Bros, aunque este permitía a dos personas controlar a Mario y a Luigi, pero por turnos, básicamente cuando alguno de los dos perdía una vida. La idea debía contener algo novedoso, atractivo para atraer a los jugadores. Y la tuvieron.

La consola Genesis soportaba cartuchos de 16 bits, el doble de información que permitía el de Mario. Por ende, la calidad de las imágenes y lo que permitía realizar a los programadores era mejor. El punto destacado fue la velocidad que le imprimieron al personaje.

Sonic era un erizo de color azul, con ojos grandes, zapatillas rojas, pelo eléctrico y una velocidad incalculable. La aventura era con gráficos en 2D (el personaje y el fondo no estaban juntos) y con desplazamiento lateral.

El juego se centraba en la capacidad de Sonic para correr a gran velocidad a través de niveles que incluían manantiales, pendientes, pozos sin fondo y bucles verticales. Los niveles estaban llenos de peligros en forma de robots dentro de los cuales el Dr. Robotnik, que en la versión cinematográfica fue interpretado por Jim Carrey, había atrapado animales.

Además, el jugador debía evitar tocar pinchos, caer en pozos sin fondo o ser aplastado por paredes o plataformas en movimiento, así como ahogarse. Algunos expertos del joystick sostenían que había patrones repetitivos y la clave era descubrirlos para pasar los niveles casi con los ojos cerrados.

Sonic the Hedgehog es considerado uno de los mejores videojuegos de la historia. Rápido como The Flash, pero de color azul. Y de éxito inmediato.