Padres entrenadores (parte II)

¿Los padres gritando fuera de la cancha forman parte de las interferencias mentales?

En muchas situaciones los padres en el lugar de juego gritan dando directivas a sus hijos y a sus compañeros, insultan a los árbitros cuando sucede una situación injusta, inician las discusiones entre padres de un equipo y otro.

Todas estas acciones solo generan emociones que bloquean al deportista. La presión, el enojo, la frustración y la ansiedad brillan y se destacan en todo su esplendor y lo único que se obtiene es un atleta que no podrá mostrar su potencial porque su rendimiento no será el esperado. Entonces, ¿cómo quiero ver a mi hijo en su rol de deportista?, ¿de qué forma lo puedo acompañar?

Pienso en voz alta y me pregunto, a todas estas situaciones, ¿podemos definirlas dentro de la violencia en el fútbol infantil?, ¿acaso esto no es lo que todos decimos que hay que trabajar para cambiar, pero sin embargo es lo que la mayoría hace?

Qué se puede hacer desde los clubes

•             Capacitar para entender que estas actitudes son parte de las interferencias mentales que terminan bloqueando al deportista afectando directamente al rendimiento.

•             Informar con reuniones y charlas, transmitiendo lo importantes que son los valores en el deporte y defenderlos como padres comprometidos con la institución que elegimos para nuestros hijos.

•             Aplicar estrategias para mantener y aplicar lo acordado entre el club y los padres que sea de alguna manera correctiva.

•             Informar a los deportistas que el equipo lo forman los que están y los que están fuera observando solo pueden animar y alentar de una manera positiva.

Qué se puede hacer como padres

Entender que mi actitud solo genera:

•             Estrés, presión, frustración e induce a la no concentración y confusión de mi hijo en su rol de deportista, afectando así el rendimiento.

•             Ser conscientes que nuestros hijos son los protagonistas y que no hay que intervenir a nivel técnico ni táctico.

•             Reflexionar que no es el lugar ni el momento para hacer catarsis por el día que tuve o por la vida misma.

•             Animar a nuestros hijos y a sus compañeros a transmitir confianza y motivación para intentar buscar los resultados.

•             Respetar y dejar hacer el trabajo de los profesionales, árbitros, entrenadores.

•             Felicitar a nuestro hijo por participar

•             Preguntarle:

¿Cómo se sintió?, ¿qué le parece a él que estuvo?, ¿qué podría mejorar en el juego en lo personal y como equipo?, ¿qué nos faltó?, ¿qué hicimos bien?

En resumen: acompañar, observar, alentar y motivar.