La UNViMe y un renovado aire para los estudiantes

Esta semana, la Universidad Nacional de Villa Mercedes (UNViMe) fue a las urnas por segunda vez en su todavía corta historia y eligió a Marcelo Sosa como su nuevo rector. El contundente triunfo del docente y exministro de Educación fue una muestra clara de la necesidad de un cambio de aire en la institución, luego de seis años de gestión de David Rivarola, primero como normalizador y luego como autoridad electa por los votos.

Y fueron los estudiantes los que, en gran medida, elevaron sus voces por una manera diferente de conducir la casa de estudios. Porque durante la jornada electoral del miércoles 16, realizaron otra vez un reclamo con varios pedidos del alumnado: aulas propias para tener clases y no terminar desperdigados por diferentes edificios en distintos sectores de la ciudad, un comedor para hacer más fácil la cursada, falta de fotocopiadoras y ayudas económicas, la quita de los horarios espejo para quienes trabajan, entre otras falencias que dificultan sus estudios.

Algunas agrupaciones como Estudiantes por la UNViMe (EPU) incluso montaron una mesa de consultas para guiar y despejar dudas de quienes votaban por primera vez y no sabían cómo o dónde hacerlo.

Sin embargo, se encontraron con una negativa de parte del rectorado y sus afines a que puedan expresarse libremente. Arrancaron los carteles y pancartas que habían colgado con sus ideas y les prohibieron entregar agendas para que los alumnos organicen sus calendarios, con la excusa de que estaba vigente la veda electoral. Rivarola, de hecho, dijo que habían denunciado las manifestaciones ante la Junta Electoral, a pesar de que no tenían ni colores políticos ni números de lista de candidatos.

El triunfo de Sosa y su espacio Universitarios Unidos fue tan claro que el propio rector vigente lo llamó para confirmarle el resultado y felicitarlo, además de asegurar que harán un traspaso ordenado para la nueva gestión que arrancará el 30 de octubre.

Marcelo, por su parte, aseguró que justamente centrará su mandato en las necesidades de los estudiantes, y que garantizará una universidad donde puedan expresar sus opiniones libremente, sin temor a represalias.