Crecen los gases de efecto invernadero
El mensaje de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) es preocupante: el dióxido de carbono (CO2), uno de los tres principales gases de efecto invernadero, continúa acumulándose en la atmósfera “más rápidamente que en ningún otro momento de la existencia humana”.
En 2004, la concentración de CO2 en la atmósfera era de 377,1 partes por millón (ppm), mientras que en 2023 alcanzó las 420 ppm, lo cual supone un aumento de 42,9 partes por millón, es decir, 11,4% en sólo 20 años.
En el caso del metano (CH4), otros gas de efecto invernadero, está situado en 1.934 partes por mil millones (ppmm), y en el del óxido nitroso (N2O), en 336,9 ppmm. Los aumentos, respecto a los niveles preindustriales (antes de 1750), son de 151% para el CO2, 265% para el CH4 y 125% para el N2O.
Cada parte por millón importa, cada fracción de grado de aumento de la temperatura importa. Importa en términos de velocidad de retroceso de glaciares y hielos, de aceleración de la subida del nivel del mar, de calentamiento y acidificación de los océanos. Importa en términos del número de personas que estarán expuestas al calor extremo cada año.
No hay duda de que el mundo está muy lejos de cumplir el objetivo del Acuerdo de París de mantener el calentamiento global muy por debajo de dos grados centígrados con respecto a los niveles preindustriales y tratar de limitar el aumento de la temperatura a 1,5°C con respecto a esos niveles.
El Acuerdo de París de 2015 estableció compromisos de las naciones para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero de modo que la temperatura promedio del planeta no excediese de dos grados Celsius sobre los niveles de la era preindustrial a finales de siglo y no más de 1,5 °C antes del año 2050.
El nuevo informe de la (OMM) dice que los nuevos datos “demuestran una vez más que se necesitan medidas urgentes y no palabras por parte de los principales contaminadores del mundo para protegernos a todos del cambio climático”.
Entre los principales fenómenos productores de gases de efecto invernadero están los incendios forestales y el fenómeno meteorológico de El Niño, que alimentó unas condiciones más secas y un repunte de las concentraciones de gases a finales de 2023.
El Niño, con vientos cálidos sobre el océano Pacífico ecuatorial central y oriental, altera los ciclos de lluvias en varias partes del globo, provocando tanto sequías prolongadas como fuertes precipitaciones con inundaciones. Su opuesto, La Niña, con vientos fríos, es igualmente pernicioso.
El análisis de la (OMM) muestra que algo menos de la mitad de las emisiones de CO2 permanecen en la atmósfera, algo más de una cuarta parte son absorbidas por el océano, y algo menos de 30% quedan retenidas en la tierra.
Los incendios de vegetación resultan fatídicos en materia de emisión de gases de efecto invernadero, y los científicos consideraron los incendios forestales del año pasado en Canadá como “absolutamente dramáticos” en cuanto a la cantidad de esos gases producidos.
El informe dice que mientras continúen las emisiones, los gases de efecto invernadero seguirán acumulándose en la atmósfera, lo que provocará un aumento de la temperatura global. Dada la vida extremadamente larga del CO2 en la atmósfera, el nivel de temperatura ya observado persistirá durante varias décadas incluso si las emisiones se reducen rápidamente a cero neto.


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