Desmienten a Poggi: siempre hubo test psicológicos en la Policía
Sostienen que para ingresar a la fuerza siempre fue necesario aprobar un control psicológico, además de uno físico, para determinar si los aspirantes están bien mentalmente.
El doble filicidio de Juana Koslay, en manos de la subinspectora Marina Silva, un hecho nunca antes visto en la provincia, puso en el ojo de la tormenta el manejo de la Policía de San Luis. Los asesinatos de dos criaturas de dos y siete años a manos de su propia madre, un miembro de la fuerza de seguridad, generó un sinfín de preguntas en la sociedad en un intento por entender lo que, en el fondo, es inentendible.
En el medio del horror y el desconcierto que generó el doble crimen, el gobernador Claudio Poggi quiso responder una de las primeras preguntas que se planteó la gente, sobre si los miembros de la fuerza de seguridad están psicológicamente aptos para desempeñar su rol, que les da nada más y nada menos que el derecho de portar y de usar armas de fuego. Lo primero que se le ocurrió decir es que en San Luis jamás se hicieron controles psicológicos, ni siquiera a los aspirantes a la fuerza, pero ahora con él eso iba a cambiar.
Semejante declaración tuvo la inmediata reacción en las redes sociales, de parte de quienes conocen cómo se ha manejado históricamente la Policía, ya sea porque quisieron pertenecer a ella, porque tienen algún conocido, amigo o familiar en ella, o simplemente porque alguna vez pertenecieron a ella. Todos desmintieron a Poggi y calificaron sus dichos como un disparate.
Sostienen que uno de los requisitos que siempre exigieron para ingresar a la fuerza es un certificado psicológico, además de uno físico, porque "hay que estar bien de cuerpo y mente" para formar parte del personal policial.
Pero esa no es la única vez en la que deben ser sometidos a un estudio psicológico. Cada cuatro años, cuando un policía realiza el curso de ascenso para aspirar a un rango más alto, debe superar un nuevo control y examen psicológico. Ese requisito siempre fue una exigencia, sostuvieron.
Eso sí, hubo un período en que el cumplimiento de esa exigencia hizo agua y fue justamente en la anterior gestión de Poggi como gobernador. Según recordaron, aquella vez "trajeron psicólogos de Buenos Aires", quienes enviaron tarde las evaluaciones que habían hecho de los aspirantes a Policía.
Los especialistas porteños concluyeron que "había un grupo de chicos que no estaban aptos" para desempeñarse como efectivos. Pero para cuando dichos psicólogos mandaron sus resultados, esos jóvenes aspirantes a policías ya habían sido tomados, formaban parte de la fuerza y, a entender de esa gestión de gobierno, ya no había vuelta atrás.


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